Gabriel Alomar i Villalonga nace el 7 de octubre de 1873 en el seno de una familia mallorquina acomodada, en el antiguo barrio de la Seu. Sus primeros años se caracterizan por los continuos cambios de residencia motivados por la profesión del padre, Joan Alomar i Barbarín, oficial de intendencia. La muerte de su madre, Margarita Villalonga i Puig, en 1882 pone fin a estos traslados, terminando el bachillerato, que había comenzado en Ávila, en el Instituto Balear de Palma. En 1888 inicia sus estudios de Derecho, que abandona por los de Filosofía y Letras en Barcelona donde conoce a Joachim Rubió i Ors y entra en contacto con el catalanismo. La muerte de su padre en noviembre de 1890 y la de su hermana dos años después le obligan a continuar su formación como alumno libre, abandonando sus estudios de Derecho, al tiempo que cae en una desidia espiritual que se traduce en un fuerte rechazo de la Iglesia católica. El 26 de junio de 1896 obtiene la licenciatura en Filosofía y Letras y se traslada a Mallorca. En 1901 se casa con la pollencina Margarita Cifre, de familia humilde, con la que tiene ocho hijos. Comienza a trabajar en el Instituto de Palma de Mallorca, primero como auxiliar supernumerario y después como ayudante interino. Es un período de intensa actividad, pues compartirá su labor docente con sus colaboraciones en periódicos con el fin de traspasar las fronteras insulares.
El 17 de junio de 1911 toma posesión de la cátedra de Lengua y Literatura Castellana en el Instituto Jovellanos de Gijón, tras no lograr la cátedra en Palma (1909), pero su estancia no dura más que un año, pues en septiembre de 1912 se traslada por concurso al Instituto de Figueras, donde sigue alternando su trabajo como docente con su labor periodística y política durante seis años; en 1918 le nombran director del Instituto General y Técnico de Figueras. En 1920 regresa por traslado nuevamente a Palma al Instituto Nacional de 2ª Enseñanza donde imparte primero latín y más tarde literatura.
Sus inicios en el periodismo se remontan al 25 de diciembre de 1889, al publicar su primer artículo titulado "Observaciones sobre escritores musulmanes nacidos en Mallorca" en el Bolletí de la Societat Arqueològica Lul¿liana. Un año después aparece su primer artículo en catalán titulado "Amor i caritat", en el Almanaque de El Felanigense, mientras sigue escribiendo en otras publicaciones mallorquinas todavía en castellano como en La Almudaina. En 1893 comienza sus colaboraciones bajo el seudónimo de "Biel de la Mel" en el semanario mallorquín En Figuera, donde, en palabras de Pere Roselló Bove "nostre autor envers l'ús del català dialectal i col¿loquial". En octubre de 1898 aparece como uno de los fundadores de la efímera revista Nova Palma, portavoz del modernismo mallorquín, mostrando en sus artículos no sólo su posición antimilitarista y su defensa del individuo frente al estado, sino también su obra poética. Precisamente su único libro de poemas La columna de foc, publicado en 1911, recoge en su primera parte los poemas que ya habían aparecido en Nova Palma y en Catalonia. A lo largo de su vida se suceden las colaboraciones en periódicos y revistas españolas y de América Latina como Catalonia, La Roqueta, El Día, La Veu de Catalunya, La Última Hora, La Tarde, La Libertad, El Imparcial, La Nación de Buenos Aires, El socialista, etc., quedando gran parte de su obra diseminada en ellos. En La Roqueta publica una serie de artículos sobre un viaje a Argel, que van a ser la base de su primer libro titulado Un poble que es mor. Tot passant, título que elige la editorial sin consultar a su autor que había escogido Una vila que es mor. Contrario a la pena de muerte que le empujar a criticar duramente la utilización de la misma como instrumento de terror, defiende públicamente al anarquista Joan Rull condenado a muerte en 1908, y a Francesc Ferrer i Guàrdia, en las páginas de La Campana de Gràcia, portavoz del republicanismo catalán popular.
El 18 de junio de 1904, y dentro del ciclo de conferencias de escritores mallorquines que se celebra en el Ateneo de Barcelona, Gabriel Alomar pronuncia la conferencia titulada "El Futurisme", publicada un año después por l'Avenç, y que, en palabras de Mireia Alodomà, "lo que más se destacó no fue la novedad del término sino las doctrinas catalanistas liberales que ahí se plasmaban" . La ideología expuesta en esta conferencia va a tener su continuidad en una serie de siete artículos bajo el título El Lliberalisme català (1904-1905) que publica en el semanario, y posteriormente diario, El Poble Catalá bajo el seudónimo de "Fòsfor".
Cultiva el ensayo como una forma de dar a conocer sus teorías modernistas, en el sentido de progreso ideológico y social: Els dos Esperits (1898), L'estètica arbitrària (1904-1905), Sobre el nacionalismo artístic (1907), L'escola filosòfica del catalanisme (1907), Negacions i afirmacións del catalanisme (1907), Catalanisme socialista (1910). Su ideología nacionalista también se manifiesta en su interés por la normalización de la lengua catalana tal y como lo demuestra en 1906 en el I Congrés Internacional de la Llengua Catalana, celebrado en Barcelona con la ponencia titulada "Es indispensable pera la vida i progrés de la nostra llengua, l'unificació absoluta de l'ortografia catalana"
En su actividad política, intentó fusionar el catalanismo con el socialismo, fundando en 1916 el Bloc Republicà Autonomista con Marcel.lí Domingo i Francesc Layret, convertido un año después en el Partit Republicà Català al fusionarse con la Joventut Republicana de Lleida y otros miembros procedentes de otras fuerzas políticas como Josep Mestres, Bernaldo de Quirós, August Pi i Sunyer, etc. Aunque surge con la intención de "interposar una tercera força entre la Lliga i els radicals", fracasa y en 1923 preside la Unió Socialista de Catalunya que crea junto a Rafael Campalans y Manuel Serra i Moret.
Durante la II República es elegido diputado por la Conjunció Federal-Socialista de Mallorca y presidente de la Comisión Permanente de Instrucción Pública (1931). Abandona su cargo en Consejo de Instrucción Pública porque se le nombra embajador de Argentina pero el gobierno de Buenos Aires no le concede el "placet". En su archivo personal encontramos testimonios de esta situación, como la carta fechada el 8 de junio de 1931 de Ernesto Dethorey que expresa lo siguiente:
"Cuando supe su llegada a Madrid pensé escribirle. Sobre todo cuando supe que, después de haber sido nombrado embajador en la Argentina, aquel gobierno dictatorial no le concedía el placet. Quise escribirle para unir mis protestas a la protesta general en contra de ese gobierno argentino que tan mal pagaba la distinción que se les hacía nombrándole a usted embajador allí¿".
En junio de 1931 es nombrado embajador de España en Italia, pero no presenta los credenciales al rey de Italia hasta enero de 1932, momento en que se hizo cargo de la embajada. Al producirse el cambio de gobierno a finales de 1933, presenta su dimisión como embajador, admitiéndose su renuncia el 16/02/1934 . En mayo de 1935 regresa a la docencia al autorizar el Decano de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona la incorporación de Gabriel Alomar como profesor de Literatura Española. El 6 de junio de 1935 se le concede el reingreso en el servicio activo de la enseñanza a petición suya. Se le nombrará Ministro de España en Bucarest en 1936, pero no toma posesión del cargo. En julio de 1937 es nombrado ministro plenipotenciario de la II República en El Cairo, ciudad en la que continuará viviendo, una vez acabada la guerra, como exiliado político. Allí sigue cultivando el ensayo y el periodismo y en sus colaboraciones en Le Journal d'Egypte escribe bajo el seudónimo de "Albert de Beaurocher". Muere en el exilio el 7 de agosto de 1941 en un hospital israelita de El Cairo y sus restos mortales no llegarán a Palma de Mallorca hasta el 8 de agosto de 1977.
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