Evaristo Fernández Blanco (Astorga, 6 de marzo de 1902 – Madrid, 22 de octubre de 1993) fue un compositor español de la Generación del 27, llamada también de la República. Entre 1922 a 1932 está fechada la mayor parte de su obra, dentro de la cual destacan sus Poemas Líricos (1923), la Obertura sinfónica para gran orquesta (1925), el Trío en do mayor para piano, violín y violoncello (1928), el Movimiento perpetuo para piano (1928) y las Dos danzas leonesas para orquesta (1932).
A su vuelta a España, en 1935 es contratado como profesor de música en el grupo escolar Montesinos de Madrid. Es en Madrid donde vive cuando estalla la guerra civil española que condiciona su vida musical. Se alinea con el bando republicano y colabora como pianista en el sexteto Union Radio Urgoiti, emisora a la que estaban vinculados varios músicos de la Generación del 27, como Rodolfo Halffter, Salvador Bacarisse, Fernando Remacha, Gustavo Pittaluga y Julián Bautista (todos ellos miembros del llamado Grupo de los Ocho), con los que tuvo mucha relación.
Durante la guerra civil fue delegado en Madrid del Comité de Música que había trasladado su sede, primero a Valencia y posteriormente a Barcelona. La editorial del Comité publicó varias de sus obras, como el Trío en do mayor y Movimiento perpetuo. Asimismo, Fernández Blanco interviene en la creación, el año 1937, de la Orquesta Nacional de Conciertos, la cual puede considerarse como la primera orquesta estatal española, reclamada ya en 1931 por Adolfo Salazar.
Entre 1941 y 1943 pasa a vivir a Barcelona, trabajando como músico en el Teatro Tívoli (Barcelona). De esta época (1942) son sus Dos canciones amorosas y su Obertura dramática, cuyo subtítulo es "ambientación musical para un drama socio-bélico", en la que se deslizan compases de la "Varsoviana" (himno anarquista) así como de la Internacional. En ella, el compositor vuelca la amargura y desilusiones acumuladas a lo largo de los últimos años. José Luis Temes, Premio Nacional de Música, dijo acerca de la Obertura dramática: "es una obra maestra, uno de los hitos del sinfonismo español del siglo XX".[2] Como curiosidad, esta pieza requiere ocho trompas, el doble de lo habitual.
Con la vuelta de la democracia a España en 1976, se recupera el interés por la obra de Fernández Blanco, si bien de una forma muy leve. En 1978 se reestrenan sus Dos danzas leonesas, de las que Turina dijo: "Son preciosas" y de una orquestación "precisa y detallada". También en 1978 se estrenan, en este caso, el Trío en do mayor y el Movimiento perpetuo para piano. Por fin, el 26 de febrero de 1983 se estrena en el Teatro Real de Madrid su obra cumbre, la Obertura dramática, con 43 años de retraso.
Es de esta época (1982) la Suite de danzas antiguas, un encargo de Enrique Franco, director de programas musicales de Radio Nacional de España, que no se estrenaría hasta pasados tres años, por la Orquesta Sinfónica de RTVE.
Su composición, equilibrada y pulcramente orquestada, posee una extraordinaria solidez, lo que quizás denote la influencia de la música germana de sus maestros. En cualquier caso, Evaristo Fernández es un músico original e innovador para su época en el que se reunían las tendencias nacionalistas, clásicas y modernistas, conformando un estilo propio en el que también tuvo cabida el folclore leonés. Sus Poemas Líricos para soprano y piano, sobre poemas del también astorgano Alfredo Nistal Martínez, son precursores del serialismo musical.
Ocultar