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Un bestseller del Cinquecento

Casi dos tercios de las cerca de doscientas ediciones del Furioso aparecidas en el siglo XVI se imprimieron en Venecia, desatándose una fuerte competencia entre los impresores por surtir el mercado con ediciones cada vez más cuidadas y formatos asequibles a todas las economías. Zoppino (1530) fue el primer editor que ilustró con una imagen el inicio de cada canto. A imitación suya, otros impresores como Giolito (1542), Valvasori (1553), Valgrisi (1556) y Francesco di Franceschi (1584) mejoraron el modelo, manteniendo convencionalismos como la yuxtaposición de varias escenas en una sola ilustración.