Luis de Usoz y Río nació en noviembre de 1805 en Chuquisaca, provincia de Charcas en el Alto Perú (actual Bolivia), sede de la poderosa Audiencia y Chancillería Real de la Corona de España, donde su padre el magistrado José Agustín Usoz y Mori, ejercía de oidor decano. Su infancia quedó marcada por el paso de una vida acomodada entre la opulenta sociedad colonial altamente ilustrada de Charcas, y la caída en desgracia de su padre tras el dramático movimiento independentista que desencadenó la Revolución de Chuquisaca, considerada por muchos el inicio del proceso emancipador de la América meridional.
Su madre, María Antonia del Rosario de Río, fue una mujer poco común para su tiempo que recibió una educación exquisita de la que formó parte el estudio de la lengua francesa. Con tan solo 20 años llevó a cabo la traducción de la novela Sara Th*** del Marqués Jean François de Saint-Lambert, publicada en 1795, y un año después tradujo la obra Cartas de Madama de Montier, de la conocida autora Madame Le Prince de Beaumont.
Tras su matrimonio partió a Buenos Aires y desde allí a Charcas, donde desempeñó con dedicación el papel de esposa de un alto representante de la Corona en el Virreinato del Perú, sin abandonar su pasión por la lectura y el cuidado de su familia.
En 1810 el padre de Luis acusado de simpatizante de la causa antiespañola, y sospechoso de tendencias indigenistas, fue desterrado y suspendido en su actividad, lo que forzó a la familia a seis años de peregrinación por el Alto Perú, sufriendo penurias económicas y enfermedades. El último destino de este periplo fue Arequipa donde, poco después de conseguir el ansiado permiso para regresar a España, fallecía en 1816 María Antonia del Rosario de Río, dejando cinco hijos y un marido que nunca se recuperaría de la pérdida.