Agustina de Aragón

Nacionalidad y fecha: España. 1950.- Director: Juan de Orduña.- Guión: Vicente Escrivá.- Asesores militares: Antonio Fernández-Prieto y Domínguez, José Artero Soteras.- Producción: Cifesa.- Decorados: Sigfrido Burmann.- Intérpretes: Aurora Bautista (Agustina de Aragón), Fernando Rey (General Palafox), Juan Espantaleón (Tío Jorge), Guillermo Marín (Napoleón Bonaparte), Rosario García Ortega (Condesa de Bureta), Manuel Luna, Virgilio Teixeira (el guerrillero Juan), Jesús Tordesillas (General Torres).
Existe guión, acompañado de folleto de propaganda: Agustina de Aragón y versión en DVD acompañada de un libro sobre la cinta (Agustina de Aragón).

Película clásica (junto con Locura de amor) del género histórico español, es la obra más representativa del cine centrado en la Guerra de la Independencia y, como tal, comentada en todas las historias del cine, aunque sobre sus aspectos técnicos y artísticos es ineludible remitir al Catálogo del cine español (vol. F4, ficha 11). Como en otras películas suyas, Orduña ofrece aquí, en paralelo, una historia amorosa y episodios históricos. También como en otros casos (por ejemplo en La leona de Castilla), la cinta comienza por el final, en este caso cuando Agustina espera para ser condecorada por el rey Fernando VII. Mientras aguarda el momento, la heroína recuerda su vida y los episodios de la lucha contra los franceses.

La película arranca en el momento en que sale de Barcelona y se dirige a Zaragoza para casarse. En el camino tiene algunos contratiempos con franceses y afrancesados, hasta que el guerrillero Juan la ayuda y la conduce a Zaragoza. Ya en la ciudad tiene un desengaño amoroso, cuando se entera que su novio es afrancesado; rompe con él y se incorpora a la resistencia. Como señala Larraz ("La Guerre d'Independance dans le cinema franquiste", en Les espagnols et Napoleon), el detalle que pone de manifiesto el afrancesamiento del novio es la presencia, encima de una mesa, de las obras de Voltaire. Hay también una inevitable historia sentimental, así como escenas de aventuras diversas inventadas que se entrelazan con otras históricas y con personajes reales como el general Palafox, el Tío Jorge, la condesa de Bureta o el propio Napoleón Bonaparte, encarnado en esta ocasión por Guillermo Marín.

Javier Hernández Ruiz en su estudio “Películas de ambientación histórica...” (en Cuadernos de la Academia, 9, 2001, p. 127-136) alude a la “fidedigna reconstrucción de las calles de Zaragoza”, aspecto en el que insiste también Larraz (véase Les espagnols et Napoleon), que elogia el esfuerzo en la meticulosidad histórica y en la reconstrucción de la Zaragoza de la época, gracias a más de 100 decorados y al rodaje de ciertas secuencias en los lugares reales. Por su parte, Javier Pérez Rojas y José Luis Alcaide (”Apropiaciones y recreaciones de la pintura de historia”, en La pintura de historia del siglo XIX en España, p. 103-118) han aludido a la influencia de la pintura de historia, materializada en la escena de Agustina disparando un cañón, siguiendo el cuadro de Marcos Hiráldez Acosta.