Carmen de Burgos, Colombine (1867-1932). La modernización de España
Entrada gratuita.
Aforo limitado.
Visitas por libre:
Hasta 4 personas: no precisa reserva.
Grupos de 5 o más personas (máx. 15 personas): imprescindible reserva para controlar el aforo.
Visitas guiadas (realizadas por voluntarios culturales de CEATE):
Hay plazas reservadas para los Amigos de la BNE.
Acceso: planta 0.
Sala Recoletos
De lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 h.
Domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 h.
Último pase media hora antes del cierre
Carmen de Burgos, Colombine, es la gran figura femenina de la literatura española del primer tercio del siglo XX.
Simboliza el pensamiento libre, modernizador y europeísta, que contemplaba la existencia humana a través de los ideales ilustrados de progreso, igualdad y justicia del Regeneracionismo español.
Como escritora, nació a la literatura con un impulso noventayochista y evolucionó en contacto con todas las corrientes que se sucedieron a lo largo del primer tercio del siglo, desde sus vínculos con el Modernismo, hasta su participación en las corrientes vanguardistas. Desde la segunda década del siglo, su defensa del racionalismo, su labor erudita y su creciente preocupación estética la acercaron al Novecentismo y al grupo de intelectuales que protagonizaron la llegada de la Segunda República. El tiempo en que Carmen de Burgos desplegó toda su labor de escritora coincide con el brillante periodo de nuestra historia literaria que hemos convenido llamar Edad de Plata.
Desde Almería, su tierra natal, Carmen de Burgos llegó a Madrid en 1901, y en enero de 1903 se convirtió en la primera redactora de un periódico (Diario Universal) con columna diaria, firmada con el seudónimo de Colombine que la hizo popular. En otoño de 1905 su columna pasó a Heraldo de Madrid, desde donde volvió a ser pionera en 1909 como corresponsal de guerra en Melilla.
Acumuló una vasta y rica cultura, hecha de erudición y de experiencia del mundo, viajando incansablemente por la Europa de su tiempo y por varios países americanos −Argentina, México, Cuba, Panamá, Perú, Bolivia, Chile−, y observando en ellos su naturaleza, su historia, sus sociedades y sus culturas, que depositó en libros y en artículos.
Su inmensa obra literaria y erudita cimentó su fama y su prestigio, que traspasaron las fronteras convirtiéndola en la gran polígrafa de las letras españolas. Su legado se acerca a los tres centenares de títulos: novelas largas y cortas, cuentos, ensayos, biografías, libros de viajes, estudios literarios, traducciones, prólogos, libros de entrevistas, a los que se suman varios miles de artículos aparecidos en la prensa española y americana de habla hispana, desde Nueva York hasta México, Cuba, Chile o Argentina. También brilló como conferenciante en las más prestigiosas tribunas y universidades españolas, europeas y americanas.
Como pionera en la defensa de la plena igualdad de derechos de la mujer, la autora es el mayor referente histórico para recordar la trayectoria del feminismo español. Desde sus columnas divulgó sin cesar los avances de las mujeres en Europa y América, y muy tempranamente promovió campañas periodísticas por el divorcio (1904) o por el voto femenino (1906). Todo ello la llevó a presidir la Cruzada de Mujeres Españolas desde 1920, y la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Iberoamericanas desde 1923. Al frente de la Cruzada, en 1921 presidió la primera manifestación sufragista en España.
Recibió condecoraciones, fue miembro de prestigiosas instituciones como la Academia de Ciencias de Lisboa o la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, y figuró entre las primeras mujeres mencionadas para la Real Academia.
Participó activamente en la llegada de la Segunda República, convertida en la figura amada y admirada de las letras españolas.
Siguiendo la evolución cronológica de su magna obra, asombra por su gravedad y dramatismo el denso silencio con que se cubrió su memoria, y la prohibición de todos sus libros, tras la Guerra Civil. Han sido necesarias décadas de búsqueda en bibliotecas, archivos y hemerotecas para devolver a Carmen de Burgos el alto lugar que le corresponde en nuestra historia y en nuestra literatura, el lugar de una gloria nacional.
Comisaria: Concepción Núñez Rey