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VITRINA III

Un cronista escribió: “Raquel Meller, con su vocecita dulce y minúscula, cargada de años y de historia de un género en el que fuera reina, canta otra vez los cuplés que la hicieron famosa. Nostalgias y añoranzas de otro tiempo afl uyen en el mimo de su voz y para ella tuvo el público largas y atronadoras ovaciones”. El último escenario que pisó fue el del Teatro Victoria de Barcelona, del 5 al 17 de agosto de 1958, en un deslucido espectáculo de variedades que ni siquiera se anunció en la prensa.

El 26 de julio de 1962, a las seis de la mañana, se apagó la vida de Raquel. Tenía 74 años. El diario La Vanguardia le dedicó dos páginas completas, pero no la portada, ocupada por un ministro de Franco que había muerto también.