Raquel Meller cantaba inicialmente el género de canciones más popular que había en España a comienzos del siglo XX: el cuplé. Eran canciones cultas, pero de apariencia vulgar. Procedían de la tradición de la tonadilla, con toques picarescos, y estaban teñidas por el humo y el alcohol de los locales donde se interpretaban. Al contrario de lo que ocurría en Francia, donde los artistas de music-hall eran de ambos sexos, en España el cuplé fue un género exclusivamente femenino. En 1914 había, sólo en Barcelona, 400 cupletistas (y 700 en toda España). No es de extrañar que proliferasen las escuelas para aprender el ofi cio. Raquel acudió a la Academia Artística que Juan Ribé y Copérnico Olver Gordito tenían en la calle Conde de Asalto.