El 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República abriendo un período de esperanzas sociales y culturales. Poco después, en diciembre Miguel Hernández llega a la capital. Entre 1931 y 1934, realiza sus dos primeros viajes a Madrid, que se presenta al principio como una ciudad inhóspita. Dos importantes revistas reflejan la presencia del escritor los primeros meses de 1932 e inauguran un mito literario aceptado por él, el del «poeta-pastor». A su regreso a Orihuela, comienza a desarrollar un libro fuertemente inspirado por el gongorismo y la generación del 27, Perito en lunas, que aparecerá en Murcia en 1933. En su tierra, Miguel Hernández se dedica a escribir frenéticamente, a seguir desarrollando su voz. Será muy importante su contacto con el grupo de poetas e intelectuales murcianos: Carmen Conde y Antonio Oliver, fundadores y directores de la Universidad Popular de Cartagena; los hermanos María y Carlos Cegarra, poetas de La Unión; Raimundo de los Ríos, director del suplemento cultural del diario La Verdad y la editorial Sudeste. En 1932, en Orihuela, conoce a Josefina Manresa, con quien se casará cinco años más tarde...