La evolución positiva del libro dedicado a niños y jóvenes y el aumento de la producción en este sector en los últimos años, se debe en gran parte a la labor de autores e ilustradores. Ellos, junto con otros profesionales del ámbito educativo, han definido los parámetros necesarios en cuanto a presentación, tipo de letra, formatos, encuadernación e ilustraciones, para una mejor comprensión de los textos y un mayor disfrute estético de los mismos.