Hombre de letras
A su vez desarrolló una interesante actividad literaria. Fue Barcia Caballero un hombre de ciencia y letras por igual, con una riqueza en el uso de la palabra con clara influencia rosaliana. Cultivó diversos géneros como la novela, la traducción o colaboraciones en reseñas regionales como El Libredón, El Eco de Santiago, O Tío Marcos da Portela, etc. En 1883 publicó un libro bilingüe llamado Mesa revuelta: ensayos literarios, y años más tarde, Dos almas, su única novela. Pero el género que le reportaría un mayor éxito fue la poesía. En 1891 editó Rimas un volumen de versos en gallego que reunía sus composiciones más relevantes.
Se le consideró un médico de excepcional cultura y aficiones literarias, siendo una de las personalidades más importantes de la medicina compostelana.
Realizó estudios esenciales en el campo de la anatomía y la psiquiatría que se plasmaron en su obra más notable, De Re Phrenopatica (1915), y colaboró como redactor en la Revista Española de Dermatología y Sifilografía. Fue premiado en París por su publicación El estupor melancólico. Destacan otras obras relacionadas en este campo, entre ellas: Tratado de Anatomía práctica, Tratado de Disección, Las perturbaciones sensoriales y Compendio de Dermatología.
Hombre de fe
Durante su vida defendió una ideología católico-conservadora y formó parte de diversas instituciones como la Juventud Católica, de la cual fue presidente. Ingresó en el grupo Regionalista Compostelano de la Asociación Regionalista Gallega y presidió el Ateneo León XIII. Ejerció como bibliotecario-archivero en la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago, presidió la Comisión Organizadora del Homenaje a El Quijote en 1905 y perteneció a la Real Academia Gallega. Tuvo una discreta participación en la política municipal siendo concejal en Santiago, su ciudad natal, donde falleció el 11 de octubre de 1926.
(Servicio de Información Bibliográfica)