Centró su producción en comedias, romances y diálogos, demostrando un gran sentido humorístico y una gran sensibilidad para captar los matices de la lengua popular. A pesar de que en ocasiones se le tildara de chocarrero, fue muy apreciado por el público. Escribió diversas piezas satíricas, muchas de ellas en colaboración con el autor Juan José Llorente y Pablo Parellada, estrenadas oportunamente en el día de los inocentes, y que según los críticos destacan por los aspectos históricos y costumbristas. En estas obras los protagonistas estaban basados en personajes populares de Zaragoza y recogían acontecimientos de la vida cotidiana.
Se considera que su primer éxito fue la zarzuela Los tenderos (1897), pero lo más destacado y popular de su producción fueron los romances, destacando especialmente La fiera zurrupia (1909), que tuvo un éxito inmediato y se popularizó entre la gente, que lo aprendía de memoria. El autor, que recopiló cantares tradicionales baturros en numerosos títulos, como Cuentos baturros (1898 y 1900) y escribió en aragonés y castellano numerosas piezas breves cómicas de teatro, es reconocido como el más popular de los poetas regionales aragoneses. Colaboró en diversos medios locales, presidió el Ateneo literario de Zaragoza y se consagró como una figura muy querida en Zaragoza.
En 1923 fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad y recibió la Medalla de oro, la estima de sus vecinos era tan alta que en 1931 sufragaron mediante suscripción pública una casa en el centro de la propia ciudad para el autor y su familia.
(Servicio de Información Bibliográfica)