Pasión por Madrid
Escritor costumbrista y poeta callejero. Ejerció el cargo de tesorero de la Sociedad General de Autores y perteneció desde 1909 a la Asociación de la Prensa de Madrid. Amigo de Manuel Machado y Pedro Répide. Fue redactor del Heraldo de Madrid y colaboró en numerosas publicaciones madrileñas como Blanco y Negro y la Correspondencia de España.
Su primer libro de versos fue prologado por el olvidado dramaturgo José López Silva, del que era ferviente admirador. Esta primera obra pasó sin pena ni gloria pues lo que realmente le proporcionó fama y dinero fueron los sainetes.
"Sus obras ambientadas en el Madrid de entonces son dignas de un estudio lingüístico sobre los diferentes dialectalismos madrileños que recoge y también de un estudio psicológico ante la variedad de personajes característicos en sus obras. Sabe reflejar las costumbres madrileñas como nadie por lo que hoy día son vistas como auténticas crónicas de la época."
Los Sainetes
La mayoría de sus sainetes están ilustrados por su hijo Antonio Casero Sanz (1897-1973). Su primer sainete Madrileñerías se estrena en 1894. Todos fruto de la observación directa de la vida popular y ordinaria madrileña. Algunos fueron escritos en colaboración con Larrubiera , como La gente del pueblo, La gente alegre, El querer de la Pepa o El sábado de gloria, y con García Álvarez, como La primera verbena, Las cacatúas o La catástrofe de Burgos entre otros muchos. Son divertidos y bien aceptados por el público en general y pese a los cambios que se iban produciendo como la introducción del modernismo y nuevas formas de escribir, él continuó con su estilo de siempre.
Su ascenso y popularidad dura hasta 1914 pero a partir de entonces se irán reduciendo los estrenos a un ritmo bastante rápido. Por esta causa cambia de género y en 1921 publica su primera novela, La chica de la Arganzuela, que pese a estar escrita en prosa sigue su propio estilo a modo de sainete, lo que le acarreará el fracaso. En 1922 publica A orillas del Manzanares, novela corta aparecida en la colección de la Novela semanal y ya hasta 1927 no publicará la tercera y última El viajecito de la Paloma. Desde entonces y salvo alguna colaboración esporádica en algún periódico no volverá a publicar nada más. Morirá el 2 de marzo de 1936 unos meses antes del estallido de la guerra que cambiará de un modo significativo el Madrid por él reflejado en su obra.
(Servicio de Información Bibliográfica)