Falla, Manuel de

Falla, Manuel de

1876
1946
Imagen
Retrato de Manuel de Falla
Lugar de nacimiento
Cádiz
Lugar de fallecimiento
Córdoba (Argentina)
Categorías
  • Músicos

Considerado como el músico de mayor trascendencia del siglo XX español, Manuel de Falla Matheu nació en Cádiz en 1876 y murió en Alta Gracia (Argentina) en 1946. Comenzó su formación musical en su ciudad natal con su madre, prosiguió con una profesora local y con once años empezó a recibir clases de Alejandro Odero, que había estudiado piano y armonía en el Conservatorio de París.

En Cádiz dio también sus primeros conciertos, concretamente en una sala propiedad del comerciante musical Miguel Quirell. Fue en 1894 cuando resolvió dedicarse profesionalmente a la música, y con este fin se trasladó a Madrid en 1896. En tan solo dos años finalizó los siete cursos de piano del Conservatorio de la capital, que en 1899 le otorgaría el primer premio de la institución.

Primeras composiciones

En los albores del nuevo siglo publicó sus primeras composiciones, buena parte de las cuales se encuadraban en el género más popular del periodo, la zarzuela; es el caso de La Juana y la Petra o La casa de Tócame Roque (1900) y Limosna de amor (1902). En las mismas fechas se presentó a Felipe Pedrell, un encuentro que le abriría nuevos horizontes artísticos; en concreto, el catalán le indujo a explorar el pasado musical nacional, conciliándolo con las más modernas técnicas de composición del momento.

Animado por Joaquín Turina, se instaló en París en 1907, un momento en el que lo español estaba de moda merced a las obras de tema hispano de Debussy y Ravel. En la capital francesa se integró en los círculos modernistas, de los que formaban parte ambos compositores, así como Paul Dukas, Isaac Albéniz o Ricardo Viñes. Gracias a sus contactos parisinos consiguió, por un lado, que su primera ópera, , se estrenara en Niza en 1913, años después de haber sido rechazada en Madrid; y, por otro, que su sueño de publicar en París se materializara: Durand et Fils y Rouart, Lerolle & Cie alumbraron sendas obras suyas y, a partir de 1913, Max Eschig sería su editor fijo.

Desde París

París fue asimismo el escenario de su encuentro, en el año 1913, con el matrimonio formado por Gregorio y María Martínez Sierra, ambos dramaturgos, que serían sus colaboradores más próximos durante los siguientes años. Una de las cúspides de su producción, (estrenada en 1915), y una adaptación de El sombrero de tres picos de Alarcón titulada El corregidor y la molinera (1917) fueron frutos notorios de esta alianza. Con los Ballets Rusos de Diaghilev, que comenzaron sus temporadas parisinas en 1909, estableció fuertes lazos. También trabó amistad con Stravinsky, que dejaría una profunda huella en su imaginario escénico y musical. Se contagió, por otro lado, del gusto parisino por las músicas exóticas, por los sonidos helenos, chinescos o magrebíes; de estos últimos le interesaban particularmente sus conexiones con la música andaluza, que se manifiestarían, entre otras composiciones, en los nocturnos para piano y orquesta que conforman Noches en los jardines de España (1916). Al igual que Ravel, Debussy o Dukas, redescubrió con entusiasmo la música clásica occidental anterior al siglo XIX; le atrajo e influyó singularmente la figura del clavecinista Domenico Scarlatti.

Referente de la música de vanguardia

En 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial le obligó a abandonar París. Regresó a Madrid, donde se confirmaría como uno de los compositores más significados del país en virtud de los estrenos de La vida breve y ; estas últimas son buenos exponentes de la depurada estilización de “lo español” que caracteriza al gaditano. Al tiempo que profundizaba en el folclore nacional, era encumbrado como el líder de su generación musical por la prensa especializada madrileña y, tras la muerte de Granados en 1916, como el referente primordial de la música de vanguardia en nuestro país.

El deseo de relegar la actividad concertística para concentrarse en la composición, el feliz momento económico que le reportó el éxito internacional de El sombrero de tres picos y la insistencia del guitarrista Ángel Barrios, le movieron a a desplazarse a Granada en 1920. Tres años más tarde se estrenó , una especie de ópera para marionetas basada en un episodio del Quijote, obra marcadamente experimental que supuso una ruptura con el lenguaje del romanticismo. Tuvo un enorme impacto internacional, hasta el punto de que elevó a su autor a la región superior de la vanguardia europea, la habitada por figuras como Bartok o su admirado Stravinsky. Fue la primera obra orquestal del siglo XX en incluir los sonidos del clave, instrumento para el cual, por otra parte, compondría un brillante concierto en 1926.

A partir de este concierto, desarrollaría una concepción del arte y de la tradición vinculada a la espiritualidad, concepción que se plasmaría en la obra a la que se consagró desde 1927, Atlántida, una cantata escénica inconclusa (la finalizaría su discípulo Ernesto Halffter) basada en unos poemas de Jacinto Verdaguer. Trabajó en esta composición en Granada y, más adelante, en Argentina, donde se exilió en septiembre de 1939: de convicción republicana y antifascista —aunque repudiaba la violencia anticlerical desplegada durante la Segunda República—, abandonó España cinco meses después del triunfo del bando nacional. Tras su muerte, acaecida a finales de 1946, su cuerpo fue trasladado a España y enterrado en la catedral de Cádiz.

(Departamento de Música y Audiovisuales)

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Cronología

1876

Nace en Cádiz

1907

Inicio de su etapa parisina

1914

Abandona París y retorna a Madrid tras el estallido de la Primera Guerra Mundial

1920

Cambia su residencia a Granada

1927

Comienza a trabajar en Atlántida

1946

Muere en Córdoba (Argentina)

1896

Se traslada a Madrid y se matricula en el Conservatorio de la capital

1913

Estreno de su primera ópera, La vida breve

1916

Primera interpretación de Noches en los jardines de España

1923
1939

Abandona España y se exilia en Argentina