Continúa sus estudios en la Universidad de Sevilla, licenciándose en Filosofía y Letras (1881) y en Derecho Civil y Canónico (1882). En 1890 se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid con una tesis sobre Gutierre de Cetina, leída ante don Marcelino Menéndez Pelayo con quien le uniría desde entonces una cordial amistad.
Se dedica a la docencia, siendo auxiliar supernumerario de la Facultad de Filosofía y Letras de Sevilla (1891), más tarde numerario (1892) y después catedrático de Historia Universal en la misma Universidad (1898), de la que fue Rector en los periodos 1904-1905 y 1921-1922.
La mayor parte de su obra se centra en la historia cultural y artística de Sevilla y de los personajes vinculados a ella. Federico Carlos Sainz de Robles lo califica de “investigador de extraordinario talento y escritor de prosa limpia, muy castiza”.
Obras
Sus artículos de crítica literaria y de investigación histórica publicados en El Archivo Hispalense, el Diario de Sevilla, El Porvenir y La Revista Católica y obras como Noticia de las academias literarias, artísticas y científicas de los siglos XVII y XVIII (1888), Biografía del poeta sevillano Rodrigo Fernández de Ribera y juicio de sus principales obras (1889) y La imprenta en Sevilla, ensayo de una historia de la tipografía sevillana y noticias de algunos de sus impresores (1892), le valieron su ingreso en la Academia de Buenas Letras de Sevilla en 1892. Su discurso, sobre Mateo Alemán y sus obras, fue contestado por Luis Montoto y Rautenstrauch (Discursos leídos ante la Real Academia Sevillana de Buenas Letras el 25 de marzo de 1892). Fue secretario de la Sección de Literatura de esta corporación los años 1894-1897. También fue presidente del Ateneo y de la Sociedad de Excursiones de Sevilla (1894-1896).
De entre sus obras cabe destacar, además de las ya citadas, Génesis y desarrollo de la leyenda de Don Juan Tenorio (1893), Los rufianes de Cervantes (1906), Maese Rodrigo, 1444-1509 (1909), Vazquez de Leca 1573-1649 (1918) e Historia de Sevilla, curso breve en diez lecciones explicadas en la Academia de Estudios Sevillanos (1933).
Fue también un notable bibliófilo. En 1925 donó su archivo y biblioteca a la Universidad de Sevilla.
Se jubiló como catedrático en 1932 y falleció en Sevilla el 17 de marzo de 1834.
(Servicio de Información Bibliográfica)