Huérfano de padre en su niñez, y no pudiendo su madre costearle la formación para la que estaba altamente capacitado, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en Madrid, en 1749. Pasó luego al Colegio de Alcalá, donde estudio Artes, Teología, y en la Universidad, Derecho, Matemáticas y Astronomía. En 1760 fue ordenado sacerdote y enviado en misiones pastorales a Cuenca. En esta época ordenó la biblioteca de la Orden de Santiago de Uclés. En 1762-63 ejerció como profesor de Humanidades en Cáceres y posteriormente de Filosofía en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en el Colegio de Murcia.

Cuando se produjo la expulsión de los jesuitas españoles en 1767 se le condujo a Cartagena y de allí marchó a Italia. Los primeros siete años los pasó en Forli y tras la disolución de la Compañía en 1773, se alojó en casa de los marqueses de Ghini en Cesena, donde empezó su gran obra en italiano, la enciclopedia Idea dell'Universo, publicada en veintiún volúmenes que el autor dividió en cuatro partes: antropológica, cosmológica, físico-natural y lingüística, siendo esta última la más interesante y por la que se le considera padre de la lingüística comparada.

Roma

En 1784 se trasladó a Roma, desde donde fue enviando a España las versiones en castellano de sus obras, que vieron la luz en Madrid entre 1789 y 1807. En 1785 publicó Origine, formazione, mecanismo ed armonia degl' Idiomi. Durante su estancia en la capital italiana visitó numerosas bibliotecas, cuyos fondos españoles y portugueses dejó catalogados en los apéndices de su Biblioteca Jesuítica. En el archivo de Propaganda Fide, y a través de encuestas a los misioneros jesuitas, recopiló abundante información lingüística y etnográfica sobre una gran variedad de lenguas, con la que amplió la parte de lingüística de su obra, que se publicó en español con el título de Catálogo de las lenguas de las naciones conocidas, y numeración, división y clases de éstas, según la diversidad de sus idiomas y dialectos (Madrid 1800-1805), que incluye noticias detalladas de más de trescientas lenguas, además de cuarenta gramáticas y léxicos inéditos de otros tantos idiomas. Entre otras cuestiones, por primera vez se establece el parentesco entre las lenguas semíticas y se determina que el vasco es una lengua autóctona y no un dialecto céltico.  El mismo Wilhelm von Humboldt se declaró deudor de Hervás en su propia obra lingüística.

Regreso a España

Las disposiciones de marzo de 1798 de Carlos IV, que permitían a los jesuitas volver a España individualmente, propiciaron su llegada a Barcelona en 1799, ciudad en la que,  junto al presbítero Juan Albert, fundó la Escuela Municipal de sordomudos en 1800, en la que se aplicaron los métodos pedagógicos que había diseñado para la lectura y escritura de estas personas. Durante los cuatro meses que pasó en la Ciudad Condal tuvo tiempo también de trabajar en el Archivo de la Corona de Aragón y redactar Descripción del Archivo de la Corona de Aragón existente en la ciudad de Barcelona, y noticia del Archivo general de la Militar Orden de Santiago existente en su convento de Uclés.

De Barcelona pasó a su pueblo natal donde permaneció hasta que en 1802 se produjo el segundo destierro, fijando su residencia en Roma. Allí fue nombrado por Pío VII bibliotecario del Palacio de Quirinal. Hervás siguió escribiendo y trabajando hasta su fallecimiento, que se produjo el 24 de agosto de 1809.

(Servicio de Información Bibliográfica)