Ejerció de maestra hasta 1909 y uno de sus primeros libros, Cuentos breves. Lecturas recreativas para niños, publicado en 1899, fue el resultado de su vocación docente.

Conoció a Gregorio Martínez Sierra, con quien contrajo matrimonio en 1900, pero años antes ya había comenzado su relación de amistad que les llevó a escribir en colaboración, aunque el resultado literario apareciera bajo la firma de él. Escribieron obras de distintos ámbitos artísticos: literatura dramática, cuentos, novelas, ensayos, artículos feministas, etc. Años más tarde, desde el exilio y tras el fallecimiento de su marido, María se vio obligada a escribir una biografía en la que destaca que las obras bajo el nombre de Gregorio Martínez Sierra tenían una autoría compartida: “Ahora, anciana y viuda, véome obligada a proclamar mi maternidad para poder cobrar mis derechos de autora” (Martínez Sierra, María, 2000).

Defensora de los derechos de la mujer, fue nombrada secretaria española de la Alianza Internacional del Sufragio de la Mujer (IWSA) y, en 1918, directora de la Unión de Mujeres Españolas (UME). La experiencia acumulada en ambos puestos la llevó a liderar la Asociación Femenina de Educación Cívica (AFEC) en 1931. En este período de tiempo escribió distintos artículos y ensayos sobre feminismo: Cartas a las mujeres de España, La mujer moderna y La mujer española ante la República, entre otras. Esta última obra, publicada en 1931, aparece con su firma.

Como política, fue una de las primeras diputadas de las Cortes Generales por la provincia de Granada en 1933, abandonando su escaño un año después. Participó también en el Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, fue nombrada agregada comercial del Ministerio de Agricultura, Industria y Comercio en Suiza y en 1938 el Gobierno le encargó la misión de organizar la acogida de los niños españoles evacuados a Bélgica.

Exiliada, vivió en Niza y viajó por América hasta su estancia definitiva en Argentina en 1953. En estos años trabajó como traductora y escribió varios cuentos y artículos para la prensa, para dedicarse finalmente a plasmar su vida literaria y política en dos libros autobiográficos: Una mujer por caminos de España, en 1952, y Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración, en 1953.

Falleció en 1974 con casi 100 años de edad.

(Servicio de Información Bibliográfica)