Reconocido por la UNESCO, en su centenario, como Humanista y Pedagogo, fue un promotor de la acción de los católicos laicos desde el ejercicio de su tarea profesional en medio de la sociedad, anticipándose al giro que dio la Iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II.
En 1894 ingresó en el Seminario de Guadix (Granada), donde fue ordenado sacerdote en 1897.
Pedro Poveda, evangelizador
Poveda inició una labor evangelizadora en el barrio de las cuevas que rodean la ciudad de Guadix (sur de España), al inicio del siglo XX, donde un grupo de personas, los “cueveros”, vivían al margen de una de las diócesis más antiguas del país. En esta tarea fundó las Escuelas del Sagrado Corazón que aún perduran. En Guadix fue ordenado sacerdote en 1897 y permaneció allí hasta 1905.
En 1906, fue nombrado canónigo del Santuario de Covadonga cargo en el que estuvo durante siete años. De esa época es su propuesta de una acción unificada de los católicos en el campo pedagógico. Impulsó numerosas iniciativas y publicó folletos y artículos en la prensa para llamar la atención sobre el problema.
En Oviedo, en 1911, inició la primera Academia. Un centro educativo residencial para jóvenes que accedían a los estudios del Magisterio y después ocuparían sus puestos en la enseñanza estatal. Lo mismo hizo en Linares (1912).
En 1914 fundó en Madrid la primera residencia universitaria femenina de España. En 1913 se trasladó a Jaén, donde fue canónigo de la Catedral, se hizo Maestro y trabajó como profesor del Seminario y de las Escuelas Normales.
Fue el fundador de la Institución Teresiana, aprobada por el papa Pío XI en 1924 como Pía Unión de Fieles a nivel internacional, con el objetivo de que hombres y mujeres, desde sus diversas profesiones y especialmente en el ámbito de la educación y la cultura, trabajaran por la transformación humana y social, según el Evangelio. Se le confió la organización de las Estudiantes Católicas y de las Juventudes Femeninas Universitarias, pertenecientes a la naciente Acción Católica Femenina que también actuará fuera de España, en América (1928) y en Italia (1934).
En 1921, el padre Poveda se trasladó a Madrid con un nombramiento como capellán de la Casa Real Española. Víctima de la persecución religiosa que se desató en el comienzo de la Guerra Civil española, fue asesinado en Madrid el 28 de julio de 1936, a los 61 años de edad. Dos miembros de la Institución Teresiana encontraron su cadáver en el cementerio del Este, llamado actualmente de la Almudena.
(Servicio de Información Bibliográfica)