Educación

Comenzó su educación formal en la escuela donde destacó por su habilidad para resolver problemas matemáticos complejos. Su destreza llamó la atención de algunos eruditos locales, quienes lo alentaron a continuar su educación en centros de enseñanza superior. Su pasión por el conocimiento lo llevó a dedicarse al estudio de las matemáticas y la física, áreas que entonces estaban cobrando relevancia en el contexto de la Ilustración europea. Estudió en la Facultad de Filosofía y Artes de Granada, en cuya Cátedra de Ética, fue alumno de Narciso de Heredia.

Se trasladó a Madrid para seguir con sus estudios en la Sección de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que dirigía su mentor Antonio de Varas y Portilla, del que adoptó el método didáctico de los conceptos matemáticos y siguiendo los estudios de Benito Bails. En esta institución fue profesor sustituto de las Cátedras de Matemáticas en 1801 y un año después, obtuvo por oposición la Cátedra de Matemáticas del Real Seminario de Nobles de Madrid, organización en la que introdujo mejoras en el método didáctico. A partir de 1804 se dedicó por entero al Real Seminario de Nobles y a escribir. En 1806 publicó las Adiciones a la Geometría de D. Benito Bails y la Artimética de niños y un año después Memoria sobre la curvatura de las líneas….

Estuvo influenciado por las ideas liberales y las corrientes de pensamiento provenientes de la Revolución Francesa y muy comprometido con el progreso y con la creación y gestión de nuevas instituciones que surgieron en la primera mitad del s. XIX relacionadas con la cultura, la técnica y la investigación.

Política

En 1813 toma posesión como diputado por Granada en las Cortes de Cádiz, que lo llevó a ocupar altos cargos en el Gobierno. En este mismo año publica una de sus obras más importantes, el Tratado elemental de Matemáticas, uno de los textos más difundidos para la enseñanza de las matemáticas en la educación superior durante el s. XIX. En 1821 fue nombrado inspector y vocal de la Dirección General de Estudios, entre cuyos logros destaca la creación del Reglamento General de Instrucción Pública y la creación de la Universidad Central.

Debido a sus ideas políticas y a su vinculación con el gobierno constitucional, permaneció en el exilió entre 1823 y 1829, años en los que vivió en Francia, Bélgica, Inglaterra y Holanda y países en los que forjó relaciones con importantes matemáticos de los que siguió adquiriendo conocimientos e influencia matemática y didáctica. Así fue como conoció la obra sobre el cálculo infinitesimal de Augustin Louis Cauchy que difundió a su regreso a España.

En 1832 fue nombrado Vocal de Inspección General de Instrucción Pública, lo que le condujo a difundir nuevos métodos de enseñanza de las matemáticas en la educación superior pero también en la escuela primaria. Esto le llevó a la creación de dos Escuelas Normales, instituciones educativas universitarias encargadas de la formación de maestros de escuela y a la posterior ampliación de estudios para maestros. Fue miembro de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, Presidente del Ateneo de Madrid y Miembro de la Real Academia de Ciencias Naturales.

José Mariano Vallejo falleció en Madrid el 4 de marzo de 1846. Su vida y obra son un testimonio del poder transformador del conocimiento y la búsqueda del saber: realizó aportaciones al campo de las matemáticas como la difusión del cálculo infinitesimal y el cálculo diferencial e integral, el uso de los números negativos e influyó positivamente para que España adoptase el sistema métrico decimal. A lo largo de su carrera alternó sus intereses entre las matemáticas, la pedagogía, la enseñanza primaria y la dedicación a la vida política, siempre con la intención de favorecer la difusión del avance tecnológico.

(Servicio de Información Bibliográfica)