El 31 de diciembre de 1869, en Ciudad Real, nació Carlos Vázquez Úbeda «Chantecler». Desde niño se interesó por la pintura, tuvo de maestra a su madre, Matilde Úbeda. Su padre, Antonio Zoilo Vázquez, notario e hijo de general carlista, intentó encaminar a su hijo a la profesión de arquitecto, pero Carlos Vázquez tenía su vocación clara. Además de su madre, César María Herrer, pintor de paisajes, le impartió clases en el Instituto de Segunda Enseñanza de Ciudad Real.

Formación artística en Madrid y París

En 1886 se desplazó a Madrid, para estudiar en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. Entre el profesorado se encontraba el maestro paisajista Carlos de Haes, del que fue discípulo. Desde 1890 residió en París como becado por haber ingresado en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Allí se instruyó en el taller del retratista León Bonnat, que era frecuentado por otros artistas españoles.

Trabajó asiduamente, remitiendo un largo listado de obras a salones, certámenes nacionales y extranjeros, lo que le permitió obtener numerosos premios y galardones. Su primera exposición fue en 1891 en el Salón de Artistas Franceses, en la que obtuvo una Mención Honorífica su cuadro Velázquez haciendo estudios para la fragua de Vulcano.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1892 fue galardonado con Recuerdos de Amor, en 1899 por Mes de María y en 1901 con Recolección de higos chumbos en Granada. En 1910 logró una Medalla de Primera Clase con la obra El torero herido. Este último cuadro, que es el que más fama y dinero le otorgó pertenece a la colección del Museo Nacional del Prado.

También participó en los Salones de París, obteniendo distintos galardones, como el de 1904 con Boda en Ansó y el de 1907 por Mozos de Escuadra. Logró la Medalla de Oro en 1913 con Luna de miel en el Valle de Ansó, cuadro que fue adquirido por The Hispanic Society of America.

En 1915, ganó la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de San Francisco por A la Feria de Salamanca. Tras esa fecha, dejó de participar en exposiciones internacionales, aunque continuó presentando su obra en otros certámenes y exposiciones, como demuestra la exposición individual inaugurada en abril de 1928 en el Museo de Arte Moderno del palacio de Bibliotecas y Museos en el Paseo de Recoletos, número 20 de Madrid.

Vida en Barcelona y madurez artística

En 1898 fijó su residencia en Barcelona. Es allí donde conoció a Matilde Garriga Coronas, de reconocida familia barcelonesa, con la que se casó en 1901. Tuvieron como padrino al reconocido pintor Joaquín Sorolla, que les obsequió con un retrato que se encuentra en el Museo Provincial de Ciudad Real.

En este momento amplió su actividad de ilustrador. Tomó contacto con el grupo Els Quatre Gats, para quienes realizó una de las portadas de su revista. Además, colaboró con muchas publicaciones importantes de su tiempo como Hojas Selectas, Pluma y lápiz, Álbum salón, La Ilustración Artística, o Blanco y Negro, entre otras.

También fue pionero en la realización de carteles, como el creado en 1904 para anunciar la Sala Parés. Es en esta Sala en la que realizó su primera exposición individual en 1902 y otras posteriores, como las de 1905, 1917 y 1920, siempre con gran éxito. También expuso en las Galerías Layetanas de Barcelona entre 1933 y 1935.

Durante la Guerra Civil su casa y su estudio fueron saqueados por los anarquistas, perdiéndose obras y documentos. En enero de 1937 marchó a Villefranche sur Mer (Niza), alojándose en una de las residencias de la cupletista Raquel Meller. Ella le sirvió de modelo para varios cuadros, como es El relicario (1929).

Últimos años y reconocimientos

En enero de 1938 regresó a España y vivió en San Sebastián y, más tarde, en Sevilla, donde realizó un retrato del general Queipo de Llano, protagonista del tríptico Sevilla 18 de julio de 1936. Después volvió definitivamente a Barcelona, donde en 1941 expuso en la Sala Gaspar, en 1942 en la Galería Atenea y en 1943 en la Rambla de Cataluña.

El reconocimiento y difusión de sus trabajos le valió el nombramiento como pintor de Cámara de la corte de Don Carlos de Borbón y Austria-Este, para quien pintó diversos retratos por encargo en Venecia en 1898. También retrató a Alfonso XIII en el año 1926 en el Palacio Real.

Fue jurado en varias exposiciones nacionales y extranjeras, cooperando también en diferentes comités. Recibió diversas condecoraciones como la de Caballero de la Orden Civil de Alfonso XII en 1906, la Cruz del Águila Roja de Alemania en 1912, o el nombramiento de Caballero de la Legión de Honor Francesa en 1929.

Además, entre otros reconocimientos, en 1914 fue nombrado Socio Honorario de la Hispanic Society of America, en 1917 Socio de Mérito del Círculo Artístico de Barcelona y en 1944 pasó a ser Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Fue un notable paisajista y sus dotes de dibujante le permitieron una gran versatilidad temática en sus composiciones, incluso como autor de retratos. El uso grato del color se aprecia en sus escenas costumbristas, llenas de vida, realistas y de un marcado carácter español. Otro elemento muy común en su trabajo es la aparición de figuras femeninas, presentes siempre en su obra, personajes interesantes de distintas realidades.

A lo largo de su vida, Vázquez viajó por varios puntos de España, influyendo esos paisajes y estampas en su pintura. En estos recorridos manifestó otra de sus pasiones, la fotografía, conservándose algunas de las que tomó en el Museo de Ciudad Real. Fue en 1896 cuando realizó un viaje de mes y medio por las tierras de La Mancha, acompañando al ilustrador Daniel Urrabieta Vierge, para la realización de una selecta edición ilustrada del Quijote, buscando tipos y paisajes que reflejaran la novela, quedando ahí recogidas fotografías y cuadros de su autoría.

Falleció un 31 de agosto de 1944, a los 74 años, en su estudio de Barcelona. Su reconocimiento llegó antes de morir, ya que en 1907 el Ayuntamiento de Ciudad Real le nombró hijo predilecto. Además, la calle Cuchillería, donde está la casa en la que nació, pasó a llevar su nombre.

Tras su muerte, le han dedicado distintos homenajes, como el realizado en 1950 en la Galería Pallarés, prologado por Jos Francés, o el de 1969, con motivo del centenario de su nacimiento, organizado por el Ayuntamiento de Ciudad Real en las salas del Casino.

(Departamento de Bellas Artes y Cartografía)