En 1894 se profesionalizó, colaborando con la revista Barcelona Cómica, donde firmó dibujos de marcado estilo modernista. En 1897 inició su participación en The Monigoty, antecedente del tebeo, que solo incluía dibujos y de la que fue codirector. Ese mismo año comenzó la que sería una larga asociación con La Hormiga de Oro, revista católica y tradicionalista en la que incluyó dibujos de una gran audacia. Ya en esta primera fase de su obra se identifican algunas de las trazas que le caracterizarían: sus refinadas vistas cenitales, el uso de modelos orientales o la ausencia de bocadillos.

Poco después decidió instalarse en Madrid en busca de una mayor difusión, lo que logró al ser contratado por Blanco y Negro, revista fundamental en su consolidación laboral. Allí publicó desde portadas y retratos sociales hasta caricaturas y anuncios publicitarios. Además, a través del grupo Prensa Española, presidido por Torcuato Luca de Tena, sus dibujos también aparecieron en el ABC y en Gente Menuda. En esta última revista se mostró especialmente hábil para el dibujo infantil, como se comprobaría en su versión del Barón Münchhausen que concibió junto al poeta Carlos Luis de Cuenca.

Cada vez más activo, fueron frecuentes sus participaciones en Gedeón, la revista satírica fundada por Sileno, y se ocupó de realizar las cubiertas e ilustraciones de numerosos libros, entre los que destaca Viajes morrocotudos: en busca del "Trifinus melancolicus” (1901), una joya escrita por su amigo Juan Pérez Zuñiga en la que ambos eran los protagonistas de un alocado viaje alrededor del mundo. También tuvo tiempo para dedicarse a la escenografía, realizando los decorados e incluso el vestuario de numerosos montajes, como la famosa puesta en escena de Madame Butterfly (1907) estrenada en el Teatro Real, en la que pudo dar rienda suelta a su inclinación orientalista.

En 1908 se instaló en París, donde ya vivían muchos artistas españoles que buscaban su lugar en la capital cultural del mundo. Más desinhibido y colorista que en el periodo anterior, ilustró decenas de publicaciones, diseñó campañas de publicidad y firmó para Mundo Magacine, revista de gran calidad dirigida por Rubén Darío. Al inicio de la Primera Guerra Mundial regresó a España, ocupándose de la dirección del Museo de Arte Jaime Morera de Lérida. Fue entonces cuando comenzó su interés por los dibujos animados, lo que le llevó a visitar Londres para culminar la realización del largometraje La perla, la actriz y Monsieur Dupont, que sin embargo se frustró. En 1917 sí que logró dirigir dos películas, Aventuras de Jim Trot y Los venenos de Bombay.

Durante la posguerra mantuvo su ocupación como ilustrador y además exhibió su obra en diversas exposiciones y galerías. En los años 20 alcanzó la cima de su popularidad gracias a su retorno a las páginas del ABC y de Blanco y Negro, desde donde retrató su época. Su personaje más famoso fue un “perrito” que aparecía en todas sus viñetas y que alcanzó una inusitada popularidad, contando incluso con merchandising propio. Fue el momento en el que llegaron los reconocimientos y homenajes más variopintos, que incluyeron la formación de una orquesta y de un club de fútbol con el nombre de Xaudaró.

En el último periodo de su carrera fue fundamental la figura de K-Hito, uno de los más talentosos dibujantes jóvenes, que renovaría el humor gráfico español desde la revista Gutiérrez. Además, ambos fundaron S.E.D.A. (Sociedad Española de Dibujos Animados), con la que produjeron varias películas de animación, pero pronto el negocio se demostró insostenible. Por el contrario, sus colaboraciones en la prensa siguieron hasta el final y su último chiste para el ABC apareció una semana antes de su muerte, que se produjo el 1 de abril de 1933 debido a una enfermedad pulmonar.

Posteriormente, Prensa Española editó algunas recopilaciones de su obra, y aunque su humor haya quedado un poco pasado de moda, su talento y su estilo siguen siendo incuestionables. Su influencia se ha dejado notar en algunos creadores fundamentales en la historia del dibujo español, desde Mingote a El Roto.

(Servicio de Información Bibliográfica)