Laureline Meizel

Revue française d’historie du livre, ISSN 0037-9212, n. 136, 2015, p. 167-191

Para el caso francés, el porcentaje de libros ilustrados con fotografías se estima en el 0,5 % de todos los libros publicados en el año 1900. En un período donde la impresión fotográfica está condicionada por la innovación tecnológica, y es tenida en cuenta por numerosas editoriales para distinguir sus publicaciones como un continuo producto en expansión, este hecho parece bastante extraño. Por tanto, tenemos que cuestionar las razones que hay detrás de esta cautela. Basado en el análisis de una secuencia de actos organizados de 1874 a 1896 por dos redes profesionales del libro y las artes gráficas, el propósito de este artículo es describir los debates generados dentro de los campos fotográfico y editorial por las nuevas posibilidades de inserción de fotografías dentro del material impreso.

Pretende demostrar que la fluctuación en el posicionamiento de fotógrafos y editores respecto al empleo de la fotografía en el libro a finales del siglo XIX, contribuyó a reforzar la posición dominante de estos editores en el mundo de la edición francesa.

Traducción del resumen de la propia publicación