Repartir la carga: distribución de responsabilidades de la gestión de recursos electrónicos entre bibliotecarios académicos de Estados Unidos
David Macaulay
Serials Review, ISSN 1879-095X, Vol. 44, n. 4, 2018, p. 259-274
A estas alturas del siglo XXI los recursos electrónicos en línea no pueden seguir siendo vistos como un fenómeno novedoso por las bibliotecas académicas. Los recursos electrónicos (ER) pueden llegar a ser predominantes en las colecciones, por lo que los bibliotecarios especializados (ERL) son una necesidad. La evolución de los ER conlleva cambios en la gestión y organización. Sin embargo, todavía no existe una comunicación para poner en común lo aprendido individualmente por los bibliotecarios de ER. Muchas veces las tareas concernientes a estos recursos no se concentran en una persona o un departamento, sino que se reparten entre toda la institución. Una discusión abierta es si son tan especializados que requieren la gestión de personal experto o si su amplia implantación los convierte en transversales. Este estudio analiza el estado de la cuestión a través de una encuesta a bibliotecarios académicos sobre su responsabilidad en una serie de tareas asociadas con la gestión de recursos electrónicos (ERM).
Las preguntas que se plantearon fueron si estas tareas eran responsabilidad de los ERL o de otros; si de ellas se ocupa un único bibliotecario o se comparte con múltiple personal, y de ser así con quién; y qué otro tipo de trabajo bibliotecario es llevado a cabo por los responsables de las tareas de ERM. Se obtuvieron 136 respuestas que mostraron que de las 14 tareas relacionadas con los ER, el 85% se consideraba responsables de ocho o más, siendo la media 10,5. Las tareas más comunes son la solución de problemas, los registros de fondos y las licencias. A la pregunta de si compartían sus tareas, la respuesta afirmativa superaba el 50% en todas las áreas. Las personas con las que se repartían el trabajo eran mayoritariamente bibliotecarios, aunque en algunos casos, como los fondos o los registros de los ER, también participaba el personal de apoyo. Las tareas relacionadas con el desarrollo de la colección y las tareas técnicas son muy compartidas entre diversos departamentos, mientras que la comunicación y la gestión de datos están más concentrados en especialistas, particularmente en las bibliotecas de menor presupuesto. Respecto a la cuestión de qué otro tipo de trabajos realizan los ERL, pocos se ocupan de un gran número de tareas, siendo las principales de entre ellas la administración y el desarrollo de la colección. Una pregunta abierta cuestionaba sobre las ventajas y desventajas de una gestión centralizada o dispersa. En la primera opción se valoraba tener una visión general y se veía como negativo tener que depender de una sola persona. Respecto al modelo disperso, veían como positivo compartir tareas que de otra manera serían abrumadoras, y como negativo la confusión en la atribución de responsabilidades. Entre las que más más habituales estaba la necesidad de más personal de apoyo y que las bibliotecas se centran demasiado en las obras impresas.
Resumen elaborado por Antonio Rodríguez Vela