Miquiño mio: concierto
Este concierto fue organizado con motivo de la exposición “Emilia Pardo Bazán. El reto de la modernidad”.
Emilia Pardo Bazán murió en 1921, un año después que Galdós, uno de los grandes amores de su vida, según se ha podido constatar por las cartas que ella le escribía; pues de las que él le enviaba, han quedado apenas un par de testimonios.
Traemos aquí algunos fragmentos de las mismas, cruzados con la gracia de algunos de los dúos de zarzuela más significativos del tiempo de los amantes porque queremos rendir homenaje al desenfado, la inteligencia, la alegría y el desparpajo de aquella mujer a la que los pintores de la época retrataban rechoncha, embutida en plumas o tules fantásticos; que coleccionaba abanicos y le fascinaba el detalle decorativo tanto como imprimir el emblema de la familia en todas las piezas del ajuar doméstico; que amaba la belleza y el goce de los sentidos, como la que más; que era, como ella dijo alguna vez en ese ir y venir de palabras con su amado: “una gallega melosa y disfrutona”. Una mujer que además de a Wagner, también admiraba la zarzuela. Género del que dijo era un arte propio e independiente, que había que cuidar y promocionar, porque estaba vinculado con lo popular. Ese teatro lírico nacional, tal y como ella lo definía, le sale al encuentro cien años después de su muerte para recordar uno de los episodios más hermosos de su vida.
Madrid: Biblioteca Nacional de España