[Camino del Calvario]
Desde el siglo XV el dibujo era indispensable para el desarrollo de las artes en Florencia, capital de la Toscana. Como explicaba el tratadista Leon Battista Alberti, el dibujo era una abstracción mental, no existente en la naturaleza, que permitía comprender y representar la realidad. La línea era su instrumento básico y los artistas toscanos utilizarán un dibujo de contorno definido, que también aspiraba a reproducir mediante el contraste entre luces y sombras el volumen de lo representado de manera verosímil.
El recto de esta hoja había sido atribuido al artista toscano Pietro Sorri, sin embargo, hasta ahora los estudiosos no habían tenido oportunidad de ver su reverso, que aquí se muestra, y que refleja en mayor medida el proceso creativo del artista.
Entre el caos de bosquejos dibujados a la pluma, destaca netamente una figura con los brazos alzados y otras dos figuras a su lado. Se trata de la representación de una Piedad sobre el cuerpo de Cristo, y su aspecto es muy similar a un dibujo con la inscripción «Pietro Sorri» conservado en el Museo del Louvre. Existe además un óleo con una Virgen de las angustias atribuido al pintor que se relaciona directamente con el folio parisino. Por tanto, este cuadro y el dibujo del Louvre son obra de Sorri, mientras que el folio de la BNE sería un primerísimo estudio para este tema u otro similar.
El dibujo es una transposición gráfica de la libertad de pincelada que Sorri aprendió durante su estancia en Venecia, a donde acompañó a Federico Zuccari y a Domenico Passignano, quien luego sería su suegro.