El canastillo de flores
CAPÍTULO PRIMERO
EL ANCIANO JACOBO Y SU HIJA MARÍA
"En el pueblo condal de Eichburgo vivía hace más de un siglo un hombre muy entretenido y de bien, llamado Jacobo Rode. Siendo una pobre criatura, había ido en una ocasiún a Eichburgo para a prender en los jardines del Conde el oficio de jardinero. Sus excelentes prendas, su buen corazón, la habilidad con que todo lo emprendía y su buena fisonomía le granjearon la buena voluntad de aquel señor. Encomendáronle muchos pequeños asuntos en el castillo, y debiendo por entonces salir a viajar el Conde, que era un señor joven, Jacobo fué en compañía suya . En aquel viaje Jacobo había enriquecido su entendimiento con muchas ideas, adquirido un lenguaje culto y finos modales y- lo que más vale- había regresado nuevamente con su noble y honrado corazón no corrompido por el gran mundo..."
Madrid : Saturnino Calleja Fernández