El Faro de la niñez
Este título es continuación de El Mensagero de los niños, que había comenzado a publicarse el domingo, siete de enero de 1849, estampado en la imprenta de M. Álvarez y atribuida su dirección a Gregorio Urbano Delgado. La colección de El Faro… en la Biblioteca Nacional de España la integran los tomos III (con 51 números, desde el uno de octubre de 1850 al 11 de junio de 1851 y un total de 480 páginas) y IV (con 29 números, del uno de julio al 21 de noviembre de 1851 y 231 páginas). Salía seis veces al mes, los días 1, 6, 11, 16, 21 y 26, en entregas de ocho páginas, compuestas a dos columnas, en imprenta propia, en la calle madrileña de Estudiantes, que estaría a cargo de Manuel A. Gil.
Ambos títulos fueron el órgano oficial de la Sociedad de Socorros Mutuos de Profesores de Instrucción Pública, cuyos estatutos habían sido publicados en 1841. Mientras que el subtítulo de El Mensagero… fue “periódico de ciencia, artes, recreo y noticias”, el de El Faro… será “enciclopedia de instrucción primaria, moralidad y recreo infantil”. Se trata de una publicación dedicada a la instrucción de los niños, pero también tiene carácter profesional, ya que da cuenta de la problemática de los profesores, destacando además los numerosos grabados que inserta, a los que habría que añadir las láminas que distribuía fuera de texto.
En sus páginas alternan textos de divulgación sobre ciencias naturales, geografía, historia sagrada o moral, con otros de creación literaria (cuentos morales, fábulas, leyendas, alegorías, poesías), tanto en prosa como en verso, así como artículos en los que se resalta la importancia de la educación, como el titulado El verdadero estado de la instrucción primaria, sus vicios y medidas para atajarlo o el dedicado a la Libertad de enseñanza.
Tras la última entrega del tomo III, publicó un índice temático, por el que se puede observar los asuntos que trataba: parte doctrinal, de educación e instrucción, inspección provincial, exámenes, recomendaciones, críticas diversas, polémica, biografía, bibliografía, física, religión, historia, historia natural, geografía, cosmografía, miscelánea o anuncios.
Contó con una veintena de colaboradores, entre ellos: Antonio Alvera Degrás, Jacinto Arguello Rosado, M.A. Berzosa, José Manuel Bonilla, Pascual Fernández Baeza, Rafael García Santisteban, José Guerrero, Felipe Antonio Macías, Manuel Joaquín Pascual, Ramón Rodríguez de la Barrera, Manuel Rodríguez Escobar, R. Rubio Murillas, Adriano Antonio Sánchez y Santiago Torres (Olivera: 2013).
Destacan sus grabados de retratos, escenas, vistas (Madrid, Berlín o Ámsterdam, entre otras) o sobre literatura, religión, geografía o ciencias (planetas y eclipses). Sus dibujos aparecen firmados por Capuz, Jiménez, Merino, Robles, Urrabieta o Vilaplana, y entre sus principales grabadores aparecen los nombres de Coderch y Murcia.
La suscripción al periódico de la Sociedad de Socorros Mutuos de Instrucción Pública había sido “recomendada” a las escuelas del reino por real orden de 27 de abril de 1850, por lo que fue acusado de estar “protegido por el ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas; también fue ordenada, el seis de abril de 1851, su suscripción a los ayuntamientos, pagada con fondos municipales. Este hecho produjo una fuerte polémica con otra publicaciones del mismo carácter educativo, especialmente con la Revista de instrucción primaria (1849), llegando el conflicto hasta los tribunales, que acabó en un juicio de conciliación celebrado el 26 de marzo de 1851, y una circular del 26 de noviembre de ese año que declaraba caducadas esas “recomendaciones” de suscripción a un periódico que había adoptado un talante liberal como defensor de los intereses profesionales.
Según Olivera (2013), sus primeros propietarios fueron Manuel Vallejo y Gregorio Urbano Dargallo, que ejerció también como primer director. En febrero de 1850 fue comprado por Manuel Alonso Díez. Ramón Rodríguez de la Barrera fue su último director o “compilador”.
Han estudiado la prensa infantil y pedagógica, entre otros, Antonio Checa Godoy, María Purificación Arango González, Mercedes Chivelet, María Olivera, y Julio Antonio Yanes Mesa.
Madrid : Imprenta El Faro