Misal de Margarita de Austria
Carlota de Saboya, madre de Carlos VIII, entregó en 1483 mil escudos al convento franciscano de Amboise para la finalización de los edificios y para misas en su memoria, y encomendó a sus hijos a ese convento y al de Tours, reformado por su difunto esposo, el rey Luis XI. Por ello, el joven Carlos pudo haber continuado el mecenazgo de su madre en el encargo de este misal. Hay que tener también en cuenta la llegada de san Francisco de Paula en 1483 a la corte de Luis XI, en el castillo de Plessis-lès-Tours. Carlos VIII le tuvo rápidamente en gran estima y, en 1487, ordenó la construcción de dos conventos de la Orden de los Mínimos, fundada por el santo en las afueras de la ciudad de Tours. Las armas, la redacción del texto y las miniaturas permiten considerar que se trata de un encargo para Margarita de Austria destinado al uso privado de la reina durante su residencia en la corte, antes de la ruptura de su compromiso, hacia 1491.
Los rasgos franciscanos del texto podrían responder a su utilización por parte de un particular en su capilla privada. Los inventarios recogen al menos ocho misales que la archiduquesa pudo utilizar para su capilla; dos de ellos llevaban en la encuadernación las armas demediadas de Borgoña, y podrían referirse al misal conservado en la BNE; una hipótesis que no se contradice con los restantes objetos que formaban el material litúrgico de su capilla privada, que aparecen repetidas veces en los inventarios y que en ocasiones llevan elementos heráldicos e iconográficos que hacen referencia al momento de su compromiso con el joven rey de Francia (Debae 1995 y Eichberger 2010). El análisis estilístico de las miniaturas confirma una datación próxima a 1490 y apunta hacia los miniaturistas activos en el valle del Loira y posteriores a la generación de Jean Fouquet. Las características técnicas y pictóricas de este miniaturista responden a los códigos estilísticos del taller de Jean Poyer: la Trinidad (fol. 7) representada como tres personas idénticas, la cuna elevada hecha con mimbre en la Natividad (fol. 13v) y el motivo del sepulcro excavado en la roca en la Resurrección (fol. 103) son, por ejemplo, motivos muy apreciados por Poyer.
El misal de Margarita de Austria no parece haber sido legado a su sobrina María de Hungría. La anotación, tachada y casi ilegible: «Es de la librería de Medina[celi], Est. 15, no 16» (fol. 1, margen superior) parece indicar que el misal entró en una fecha indeterminada en la biblioteca de los duques de Medinaceli, quizá bajo la forma de un regalo de la archiduquesa a su grand-maître d’hôtel, Sancho de la Cerda, hijo de Juan, II duque de Medinaceli († 1544). Por su parte, Fernando Bouza (comunicación escrita) indica que las librerías llamadas de los Medinaceli se fueron construyendo sobre diversas agregaciones familiares (Alcalá, Segorbe, Priego, Cardona...). Los manuscritos de Medinaceli entraron en la BNE por dos vías principales. A finales del siglo xvii una gran parte de la biblioteca de Medinaceli fue donada al convento de San Martín en Madrid, cuyos libros pasaron a la BNE después de 1836. En 1673, a la muerte de don Antonio Luis de la Cerda, y antes de la entrada en escena de los frailes de San Martín, aparecen al final del inventario de la biblioteca de Medinaceli (Álvarez Márquez 1988) dos misales –y dos breviarios– sin que sea posible identificarlos claramente.
Por otra parte, puede pensarse también que el misal se hallaba desde 1713 en la Biblioteca Real, momento de la compra por parte de Felipe V, rey de España, de la totalidad de la biblioteca de los Medinaceli.
[Tours y Paris?]