La Biblioteca Nacional de España abre el nuevo espacio expositivo ‘El Infierno y las Maravillas’
“Es que un mundo totalmente vivo tiene la fuerza de un infierno”
(Clarice Lispector)
La Biblioteca Nacional de España ha inaugurado hoy El Infierno y las Maravillas, un nuevo espacio expositivo con el objetivo de que se convierta en un lugar de conocimiento de la propia Biblioteca y de mostrar la variedad y riqueza de sus colecciones, además de convertirlo en un espacio didáctico y lúdico que conciencie sobre la importancia de la conservación de nuestro patrimonio documental y bibliográfico.
Su nombre, “El infierno y las maravillas” alude a ese lugar secreto, armario o habitación, donde las bibliotecas ocultaban sus libros prohibidos y que llamaban “infierno” en contraste con las “maravillas”: los libros más valiosos, los tesoros de la colección, que se exhibían en los anaqueles de la sala de lectura o se conservaban en cámaras acorazadas. Este proyecto se ha realizado con fondos obtenidos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que han permitido la reforma y renovación del espacio del antiguo Museo de la BNE.
El director de la Biblioteca Nacional de España, Óscar Arroyo, ha destacado en la inauguración que esta exposición permanente tiene como objetivo último “ser un espacio de reflexión sobre la importancia de la cultura como hilo conductor de la convivencia en las sociedades avanzadas, así como de la importancia de la conservación de nuestro patrimonio documental y bibliográfico”. Se trata de un recorrido por la creación humana: las obras censuradas, las maravillas y “una propuesta abierta al futuro del conocimiento”. Un espacio “creado para promover el diálogo y la reflexión crítica con el visitante abriendo una nueva ventana al público con los fondos de la Biblioteca Nacional de España y su importancia como custodia del conocimiento humano”. “Un recurso que la BNE abre a todos los ciudadanos en el marco de su vocación de acercar y divulgar la cultura a través del maravilloso patrimonio que atesora y que pertenece a todos”, ha subrayado.
Comisariada por el escritor, guionista, comisario y crítico cultural Jorge Carrión, y la propia BNE, la conceptualización del espacio es obra de Mario Tascón y Prodigioso Volcán. María Moya, CEO de Prodigioso Volcán, ha recordado con emoción que se trata de un proyecto en el que se involucró personalmente Mario Tascón –prematuramente fallecido el pasado septiembre – y que desgraciadamente no pudo verlo terminado. Ha destacado el “reto maravilloso” que ha supuesto la colaboración con la BNE, que les pidió “un nombre y un concepto” para el espacio y para dotar de lógica el discurso museístico que transcurre a través del tiempo, la memoria, el infierno y las maravillas.
Por su parte, Jorge Carrión ha invitado a descender a este lugar – situado en la planta -1 de la BNE – para, como los héroes clásicos, “encontrar un tipo de conocimiento que no se puede encontrar en la superficie” o, como el Borges ‘personaje’ que baja a un sótano para ver el Aleph, que es tanto el infierno como la maravilla. En la primera sala de la exposición encontramos un facsímil de un grabado de Goya, ‘La lectura’, “contrapunteado por una ampliación gráfica”. “Esos dos planos recorren toda la exposisición: simbólicamente representan el lector individual y la idea del lector, como constantemente se comparten ecos entre la biblioteca personal y las grandes bibliotecas, entre la experiencia propia y única y la experiencia universal”, ha explicado.
A lo largo de toda la exposición, las paredes están punteadas de citas que nos recuerdan que “lo que importan son los textos, el contenido de los libros”. Así, Sor Juana Inés de la Cruz dialoga con Marshall McLuhan y Carl Sagan, Emilia Pardo Bazán con Joan Brossa, María Zambrano con Italo Calvino.
Un viaje desde el origen del libro hasta el futuro imaginado
El Infierno y las Maravillas es un viaje que nos transporta por las páginas de un gran libro textual, visual y digital: desde los orígenes de los alfabetos y las imágenes hasta las máquinas que escriben el futuro. Un lugar donde la fascinante memoria de la cultura, con sus sombras y, sobre todo, con sus luces, se muestra más viva que nunca a través de los fondos y colecciones de la BNE.
El discurso expositivo del nuevo espacio se ha articulado en cuatro salas, a través de las cuales recorremos la historia del conocimiento y de las creaciones humanas:
- Creación, lectura: conocimiento.
- Los infiernos tan humanos.
- El libro de las maravillas (con la subsección de Cartografías maravillosas y El libro expandido).
- Las máquinas de la memoria y el futuro.
La combinación de niveles, contrastes y planos simbólicos que conviven y dialogan aparece en la primera vitrina de la exposición. Su contenido está ordenado según la idea del historiador del arte Aby Warburg, que no defendía el orden cronológico o temático, sino lo que llamaba “la ley del buen vecino”. Es decir, la afinidad conceptual o simbólica. Así, junto al ‘Atlas Mnemosyne’ de Warburg encontramos ‘Las Bibliotecas de la Antigüedad’ de Justus Lipsius (en una edición de Editorial Castalia de 1948), la historia de la librería ‘Shakespeare and Company’ de Sylvia Beach, la reproducción de una carta autógrafa de Miguel de Cervantes o los exlibris de Enric Granados y Leonor Miquel.
Los discursos y formatos que se complementan y crean conexiones culturales son el leitmotiv de todo el espacio: obras en papel, pantallas, murales, animaciones interactivas, vídeos. Letras detenidas e imágenes en movimiento continuo; un libro que arde en sentido literal y figurado (obra-performance ‘Fahrenheit 451’ de Joan Fontcuberta) y obras en algún momento censuradas merecedoras de ser conservadas y expuestas en la parte ‘infierno’ de este museo-exposición. Del ‘Lazarillo de Tormes’ a ‘El principito’. De ‘Lolita’ a ‘Persépolis’. De ‘La Celestina’ a ‘Los versos satánicos’.
Junto a las citas, las vitrinas y las pantallas, varias cronologías. Del primer alfabeto al nacimiento de Whatsapp. Las obras maestras de la humanidad. De las pinturas rupestres al archivo virtual que es La Nube. Todas ellas acaban en el año 2050, planteando incógnitas que nos proyectan hacia el futuro. “¿Cómo serán nuestra comunicación y nuestras bibliotecas?”. “¿Cómo serán las obras maestras? ¿Qué maravillas artísticas nos aguardan en el futuro?”. “¿Qué tecnologías de la memoria, la producción y la circulación de textos, imágenes o experiencias condicionarán nuestras vidas? ¿Somos ni siquiera capaces de imaginarlas?”.
Un espacio pensado para todos
El afán didáctico del espacio, pensado para todos, se plasma en una original presentación dirigida a los más pequeños a través de un cómic, obra de la artista valenciana Núria Tamarit. Una niña, un robot y un pececillo de plata (plaga habitual en bibliotecas, que se alimenta de papel y cartón) nos guían en esta fascinante aventura. Durante todo el recorrido estos tres personajes establecen un diálogo entre lo humano y la inteligencia artificial en la construcción de conocimiento en el siglo XXI.
El Infierno y las Maravillas nace como un observatorio privilegiado para entender la evolución de los lenguajes, de la idea de libro, de los materiales de la información y de las artes, del concepto de biblioteca, a través de las figuras y las arquitecturas de la prescripción cultural, de la bibliofilia y de la bibliofobia, y de los tesoros en todos los soportes imaginables. Libros, periódicos, revistas, películas, discos, cómics, juegos, dibujos, mapas, videojuegos, pantallas… Diferentes materiales para un mismo fin: velar por la conservación de las obras culturales.