Pinacoteca Migrante

Entrada gratuita
Aforo limitado
Acceso: planta 0
Visitas por libre:
- Hasta 4 personas: no precisa reserva.
- Grupos de 5 o más personas (máx. 10 personas): imprescindible reserva para control de aforo.
Visitas guiadas (realizadas por voluntarios culturales de CEATE): Imprescindible reserva.
Hay plazas reservadas para los Amigos de la BNE.
Esta visita es gratuita. No se admiten solicitudes realizadas por personas físicas o jurídicas que perciban remuneración de cualquier clase por ella.
La exposición Pinacoteca Migrante -proyecto desarrollado por la artista peruano-española Sandra Gamarra Heshiki junto al comisario español Agustín Pérez Rubio para el Pabellón de España en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia 2024- es concebida como la subversión de una «Pinacoteca Histórica de Arte Occidental» donde la noción de «migración» es expandida. El concepto hegemónico occidental de pinacoteca, que también fue exportado a las antiguas colonias, se invierte al exponer una serie de narrativas que históricamente fueron silenciadas. Protagonistas de dichas narraciones son los migrantes, tanto humanos como no humanos: personas, plantas y materias primas que, a menudo, hicieron a la fuerza el viaje de ida y vuelta.
La muestra analiza las estructuras sistémicas dentro de las artes mediante apropiaciones pictóricas, basándose en la investigación de más de ciento cincuenta pinturas y objetos pertenecientes al patrimonio de las colecciones y museos del Estado español, desde la época del Imperio hasta la Ilustración. A través de su revisión, la artista interfiere y evidencia la falta de narrativas decoloniales y expone el sesgo con el que se han representado colonizadores y oprimidos en los museos. Se entrelazan aquí la sociología, la política, la historia del arte y la biología para proporcionar una reinterpretación en la que las consecuencias históricas, a menudo ignoradas, se vinculan con nuestra contemporaneidad.
Los seis espacios de esta pinacoteca utilizan los distintos géneros de la pintura clásica —paisaje, retrato, bodegón, ilustración científica y botánica—, contemplándolos como herramientas con agendas políticas que han fomentado construcciones monolíticas de Estados nación sustentadas, con demasiada frecuencia, en la destrucción de otras formas de organización social. La narrativa de esta Pinacoteca elabora un ciclo continuo entre construcción y deterioro. Presenta obras —bosquejos, acabadas o en estado de permanente restauración— como metáfora de las responsabilidades institucionales, en las que es imposible fijar la historia, y en las que el presente de Occidente es inseparable de la herida colonial.
- La primera sala, titulada Tierra Virgen, versa sobre las pinturas de paisajes que pertenecen a diferentes museos españoles y hacen referencia al actual territorio español, así como a las antiguas colonias de América Latina, Filipinas y el norte de África. Sobre cada pintura se pueden leer citas de escritores, pensadoras o intelectuales en relación a los ecocidios que estamos produciendo.
- Le sigue la sala, titulada Gabinete de la extinción, vincula el colonialismo con el extractivismo al mostrar los “tesoros” de las expediciones botánicas europeas durante los siglos XVIII y XIX. Gamarra Heshiki interviene con pintura algunos de los facsímiles de las ilustraciones de la “Real Expedición Botánica al Reino de Nueva Granada”, incluyendo manos humanas como parte de un mismo sistema de supervivencia interdependiente.
- El espacio titulado Gabinete del Racismo Ilustrado relata el modo en que la antropología y la ciencia fueron utilizadas como herramientas de discriminación racial. Incluye ilustraciones y objetos, tildados en aquel entonces como “científicos”, para respaldar la idea de clasificación e imponer la voluntad occidental de superioridad jerárquica sobre el Sur Global, además de tratar el racismo epistémico originado en España desde la colonia hasta nuestra contemporaneidad.
- La sala titulada Máscaras Mestizas se adentra en las prácticas coloniales del retrato, que han sido concebidas como cápsulas del tiempo que buscan inmortalizar normas políticas y sociales. Cada obra expone las maneras en que las sociedades aceptan o marginan a sus sujetos. En consecuencia, desplaza las divisiones de género para cuestionar la estructura patriarcal como norma naturalizada.
- El último espacio titulado Retablo de la Naturaleza Moribunda, muestra la pintura de bodegón como género que sintetiza los temas de las salas anteriores y, a su vez, muestra las formas en que habitamos el mundo. Este gran políptico pone de manifiesto nociones de acumulación y ostentación que, según el mito idealista de la libertad, se han naturalizado.
- Por último, en el centro del recorrido, y simulando un espacio al aire libre, se presenta el Jardín Migrante, habitado por copias pintadas de monumentos, así como representaciones de plantas alóctonas o invasoras, junto a lecturas de carácter decolonial que acompañan a estos invitados. Estas plantas ponen en riesgo ecosistemas establecidos, de la misma manera que nuestro sistema de vida sitúa en peligro de extinción otros pueblos. Este patio se presenta como un lugar de restitución de obras no visibilizadas en la metrópoli, a no ser que fuera como representación de sumisión, subdesarrollo o pleitesía. Los representados aquí han hecho un viaje simbólico, como las plantas alóctonas han encontrado suelo donde quedarse. La alteración de los ecosistemas tiene que ser valorada y medida desde una perspectiva en la que todas las especies conforman una armonía sin jerarquías.
Organiza
