Le Recueil des Histoires de Troie de Raoul Lefèvre : l’impact de l’édition de Caxton sur la production de manuscrits

Le Recueil des Histoires de Troie de Raoul Lefèvre : l’impact de l’édition de Caxton sur la production de manuscrits
24 de Octubre de 2016

Delphine Mercuzot

 

Bulletin du bibliophile, ISSN 0762-5758, n. 1, 2016, p. 25-39.

En el siglo XV, un doble mercado del libro se desarrolló en Brujas, ciudad flamenca donde residían los duques de Borgoña y notorio centro de producción libresca que exportaba hacia el conjunto de la Europa francófona. Este mercado se segmentaba efectivamente entre, por un lado, los encargos de manuscritos lujosos destinados a una élite adinerada, y por otro lado, la más abundante demanda de ejemplares módicos por un público de lectores modestos. Talleres de copistas solían asumir ambos tipos de recados, hasta que apareció la imprenta, la cual iba a favorecer a los bibliófilos menos afortunados sin lograr imponerse en el mercado de lujo, desde luego minoritario.

No obstante, es de constatar que el acenso de la imprenta no puso término a la producción elitista, sino que, al contrario, la dinamizó, permitiendo la coexistencia e interdependencia de ambos medios de reproducción: manuscrita y mecánica. El artículo de Mercuzot explora estas relaciones, enfocándose en el ejemplo de la edición del Recueil des Histoires de Troie, una obra medieval que trata de mitología, encomendada por Felipe el Bueno, Duque de Borgoña, a su capellán Raoul Lefèvre. El primer impresor inglés, William Caxton, que vivió en el continente hasta 1476, estableció su taller de imprenta tipográfica en Brujas. Eligió editar el Recueil, que había conseguido tanta fama en el ámbito cortesano, para lanzar su empresa. Si una importante demanda de parte de lectores modestos ya existía y sin duda favoreció el éxito del proyecto de Caxton, cabe notar que las elecciones editoriales del impresor fueron decisivas para el mercado. Optó por una reproducción a menos costos, lo cual permitió ampliar la clientela más allá de toda esperanza. Además, la simplificación y uniformización de las grafías en la edición de Caxton posibilitó abarcar a un público francófono extenso. Sin embargo, a pesar de sus alternativas económicas, el impresor se empeñó asimismo en imitar los manuscritos de lujo, inspirándose, por ejemplo, en la escritura bastarda flamenca para sus grafías. Es más, la edición y difusión a gran escala por reproducción mecánica del Recueil permitió, ante todo, fijar el texto. Éste, inacabado después del fallecimiento de Lefèvre en 1464, había sido completado o a veces transformado por los copistas según los deseos de sus clientes. Así pues, la versión estandarizada de Caxton sirvió de modelo a las siguientes ediciones, impresas tanto como manuscritas, estimulando el mercado de lujo para las élites, igual que la producción menos prestigiosa para un público modesto.

Resumen elaborado por Auréline Mossoux

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