Representación, información, identificación y valoración del libro antiguo: bibliotecarios e investigadores ante un problema común
Manuel José Pedraza García
Scire, ISSN 1135-3716, Vol. 24, n. 1, 2018
La información que ofrece un libro antiguo o un conjunto coherente de libros y documentos antiguos puede ser muy heterogénea y afectar múltiples aspectos. Siendo evidente el valor patrimonial de este tipo de documentos, no se debe olvidar que, además, mantienen su función y valores informativos que deben ser explotados y salvaguardados por los centros en los que se encuentran custodiados. El libro, como tecnología robusta, ha sido el principal soporte de información durante siglos.
De hecho, los documentos antiguos poseen una información muy rica, compleja y continuada en el tiempo. Este trabajo intenta ofrecer un análisis sobre la información que ofrece un documento bibliográfico antiguo o un conjunto coherente de libros y documentos antiguos, intentando analizar la posición que tiene el documentalista ante el libro antiguo de cara a ofrecer la mejor y más pertinente información y qué información estudia el usuario investigador para darla a conocer por él mismo. En el estudio podremos analizar en primer lugar, la información de los libros antiguos, a través de su contenido puro y formal, la materialidad y el ejemplar singular. En segundo lugar, la descripción, localización, identificación y valoración de los documentos. Se deduce que la información que pueden proporcionar los libros y bibliotecas antiguos es mucho más que la evidente procedente de la portada y el colofón y que los investigadores que trabajan con este tipo de documentos buscan informaciones muy variadas sobre los mismos. El investigador debe encontrar en la información que proporcione el centro una serie de datos identificativos que afectan a todos los niveles posibles, pero que tienen una característica clave: deben ser fidedignos y no deben dejar cabida al error de identificación. Las reseñas y registros bibliográficos, productos intrínsecamente relacionados, son hasta la fecha responsabilidad única de los documentalistas. Existe un grupo de datos que pueden ser ofrecidos por parte de los centros mediante recursos especiales impresos o electrónicos referentes a poseedores, ilustradores, presencia de escudos o marcas tipográficas, anotaciones manuscritas, etc. Hay un tercer grupo de datos e informaciones que únicamente se pueden hacer llegar mediante la relación del documento con los estudios llevados a cabo por otros investigadores. Estas investigaciones tienen como consecuencia una puesta en valor del documento debida tanto a la profundización en su conocimiento y al nuevo que se podría aportar sobre él.
Resumen realizado por José María Amate Sánchez