Desarrollo de la colección y registro histórico: ¿nos estamos olvidando de las monografías como fuentes primarias?
Collection development and the historical record: are we forgetting monographs as primary sources?
Sara E Morris & Jenny Presnell
Collection Management, ISSN 1545-2549, Vol. 44, n. 2-4, 2019, p. 379-388
El desarrollo de las colecciones de las bibliotecas académicas está influido por el espacio limitado, complicados modelos de acceso y presupuestos menguantes que obligan a elegir entre fuentes impresas y electrónicas. Esto obliga a cambiar las normas sobre cómo construir y mantener las colecciones. Las fuentes primarias se encuentran en toda la extensión de las colecciones académicas y no solo en los archivos y en las colecciones especiales. Si los manuscritos y los libros raros son documentos de valor histórico, también lo son los libros de texto, las enciclopedias y las imágenes artísticas. Los autores se centran en cómo este cambio afecta a los materiales generales que componen la base de la investigación.
Por ejemplo, señalan que hay libros que hoy parecen superfluos y que se expurgan pero que en el futuro podrían ser cruciales para comprender el pasado. Su objetivo es convencer a bibliotecarios con responsabilidades en la colección de que merece la pena preocuparse por el acceso futuro a los libros y al reconocer esto, tomar decisiones diferentes. Conocer y comprender estos problemas sobre la gestión de la colección en el siglo XXI es vital para establecer buenas prácticas. Algunas soluciones funcionarán mejor en ciertas situaciones y bibliotecas. Ninguna biblioteca puede guardarlo todo. No hay que otorgar toda la responsabilidad a los usuarios. Las adquisiciones bajo demanda han llegado para quedarse, y permiten que los usuarios se impliquen en el desarrollo de la colección. Pero esto puede ser perjudicial en la selección de materiales, atrasando su ingreso o incluso evitando la compra de libros que futuros investigadores echarán en falta. Es importante expurgar las colecciones de libre acceso, lo que permite evitar quedarse con todo en las estanterías y facilita el acceso a las fuentes básicas a los usuarios locales, mientras que hay otras fórmulas que permiten el almacenaje remoto y las colecciones compartidas. Al tomar estas decisiones hay que considerar cómo un ítem encaja en la colección general de la biblioteca. Actualmente hay muchas maneras diferentes de colaboración, ya sean basadas en organizaciones, geografía, intereses comunes o a propósito de colecciones específicas. En la actualidad, con la existencia de consorcios de amplio alcance, es hora de revitalizar una cooperación que permita mejorar el acceso a las colecciones impresas, digitales y en cualquier otro formato.
https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/01462679.2019.1597798
Resumen elaborado por Antonio Rodríguez Vela