David Castillejo despierta el Siglo de Oro desde la BNE
En los cincuenta años que David Castillejo lleva visitando la Biblioteca Nacional de España se ha convertido en uno de los mayores expertos sobre el Siglo de Oro español. Por sus manos han pasado los volúmenes más importantes de su autor favorito, Lope de Vega, o de un Calderón de la Barca en el que, Castillejo, ve “algo falso”.
Desde hace tiempo, en “El olivar de Castillejo”, el remanso de paz intelectual en el que vive este investigador, se ofrecen lecturas semanales de obras dramáticas del siglo XVII. El lugar fue comprado por el intelectual manchego José Castillejo, padre de David, en 1917, y por allí pasaron, e incluso se asentaron por un tiempo, grandes escritores como Dámaso Alonso o Ramón Menéndez Pidal. Para proteger el lugar y sus casas, se constituyó en 1985 la Fundación Olivar de Castillejo.
El investigador indica que “desde hace medio siglo, con un grupo de amigos, intento recuperar el teatro clásico de España. Pero nos estamos encontrando con muchas trabas. Afortunadamente, aquí, en la BNE, el trato es magnífico y se nos está ayudando al máximo. Yo me ocupo de leer las obras teatrales del Siglo de Oro español, de clasificarlas y de encontrar las más buenas y las más desconocidas.”
- En el olivar de su familia se ofrecen interesantes sesiones de teatro clásico.
- Sí. Por ejemplo, el 5 de julio, estrenamos Lo fingido verdadero, y el día siguiente, El marqués de Mantua, las dos de Lope de Vega. En el olivar se imparten también clases de entrenamiento a actores para que sepan representar obras al estilo clásico. Y hay actividades musicales y culturales de todo tipo.
- ¿En qué trabaja ahora en la BNE?
- Estoy investigando una importantísima colección de comedias de los mejores autores del Siglo de Oro. Se publicó en el siglo XVII, entre 1652 y 1704, y la Biblioteca la conserva entera. La gente no conoce bien esa época. Por ejemplo, tiene constancia de dos obras de Calderón de la Barca, La vida es sueño o La dama duende, pero se desconoce el resto. Buena culpa de ello la tiene mucha Prensa, que suele ignorar la importancia que tuvo el Siglo de Oro.
- ¿Quién le ha sorprendido más, entre los autores de ese siglo?
- Le voy a decir antes quien no me convence: Calderón, porque tengo la sospecha de que hay algo falso en ese autor. Es como si fuera de cartón. Comprendo que dominó la segunda mitad del Siglo de Oro, pero, como estaba apoyado por el rey, hacía lo que quería. Es buen poeta, pero al leerlo, los personajes no hablan desde su interior, sino como si fuera un texto de autor. Yo prefiero, sin lugar a dudas, a Lope de Vega, porque es muy profundo, muy humano, y es la clave de todo. También me interesa mucho Tirso de Molina, porque tiene un sentido cómico muy grande.
- La familia Castillejo vivió el exilio en Londres…
- Sí, porque mi padre salió hacia ese exilio durante la guerra civil. Además, mi madre era inglesa y yo me eduqué en Inglaterra. Cinco años después de la muerte de mi padre en 1945, regresé a España, y empecé a investigar, porque vi que en Cambridge estaban entrenando a un escritor para montar obras clásicas inglesas, y fundó el Global Shakespeare Company, y aquí también hacía falta conocer las obras del Siglo de Oro español.
David Castillejo está orgulloso del olivar de su familia: “tenemos más de cien olivos y dos casas. El ambiente es de paz. Mi padre vivió allí, con Menéndez Pidal y Dámaso Alonso, al lado, y yo crecí entre grandes intelectuales. Dámaso me ayudó muchísimo. Un día pasé por su casa y vi que estaba leyendo a Lope. Y fue él quien me habló de John Morley, que en el 1948 consiguió poner todas las obras de Lope de Vega en su orden cronológico. A partir de entonces me interesé muchísimo por el desarrollo vital de este autor.”
El investigador reconoce que “tengo dos identidades. Cuando estoy en Inglaterra olvidó a España por completo, y si me encuentro aquí, me olvido de Inglaterra. Y si se me insiste más, puedo decir que mi corazón es más español, pero mi cabeza más británica”.
El personal de Comunicación hace que conozcamos a muchos de los fans físicos o reales de la Biblioteca. Esta casa despierta tanta pasiones que es fácil que en cada rincón aparezca una historia digna de ser contada. Y aún muchas ocultas que algún día saldrán a la luz...