Ediciones tempranas de Beethoven en la BNE
Retrato de Beethoven, en Sonata n.º 23, op. 57, "Appassionata", edición de Boileau, ca. 1913.
El 17 de diciembre de 1770, hoy hace doscientos cincuenta años, fue bautizado en Bonn Ludwig van Beethoven. Aunque inevitablemente desdibujada por el azote de la pandemia, esta ha sido, por supuesto, una de las efemérides culturales más señaladas del año que termina. No en vano, como escribe el musicólogo Scott Gordon Burnham, “ningún otro compositor occidental ha alcanzado una repercusión comparable a la de Beethoven; y ningún otro ha llegado a encarnar el arte musical como él lo ha hecho. Más que un compositor, sigue siendo uno de los héroes culturales preeminentes de la modernidad occidental”[1].
La Biblioteca Nacional de España se suma a la conmemoración con el presente artículo, un recorrido sucinto por una quincena de ediciones tempranas de sus obras. Por “ediciones tempranas” se entenderá aquí las aparecidas en vida del autor, es decir, hasta 1827; hablamos, por tanto, de los últimos compases del período de la imprenta manual[2]. De todas ellas alberga al menos un ejemplar el Departamento de Música y Audiovisuales de la biblioteca, partituras que pueden consultarse en la Sala Barbieri o, en la mayor parte de los casos, en nuestra Biblioteca Digital Hispánica.
Viena, 1792: este es el punto de partida de nuestro trayecto. Con veintiún años de edad, Beethoven se trasladó a la capital de los Habsburgo para estudiar con Haydn, el compositor más reputado en la Europa del momento. Viena se había convertido a lo largo de la década de los ochenta en uno de los centros continentales de la edición musical, un negocio floreciente dominado por Artaria, compañía formada en 1765 que había prosperado merced a su alianza con Haydn y al privilegio de impresión que le concedió el emperador José II en 1782. Pues bien, Artaria fue la primera editorial vienesa de Beethoven y, hasta aproximadamente 1800, con la que trabajó de forma más asidua. De entre las más de treinta primeras ediciones del compositor que salieron de sus prensas, en la Biblioteca Nacional se encuentra un ejemplar de la de los Doce minuetos de 1795 arreglados para piano, WoO 7[3], ejemplar que, como otros de los que mencionaremos en estas líneas, formó parte de la colección de música del infante don Francisco de Paula Antonio de Borbón (signatura de la BNE: MC/516/70); y también uno de la de las Sonatas n.os 1, 2 y 3, op. 2, aparecidas en 1796 y dedicadas a Haydn (MP/2390/3). De resultas de un conflicto en torno a la publicación de uno de sus quintetos, Beethoven rompió amarras con Artaria a comienzos del siglo XIX. Con posterioridad volverían a colaborar de manera puntual, y más frecuentemente a últimos de los años diez, de cuando datan unos arreglos para piano de dos cuartetos de cuerda, el noveno (segundo movimiento) y el quinto (cuarto movimiento) (MC/21/44).
La victoria de Wellington o La Batalla de Vitoria, edición de Steiner.
Primero empleados y luego socios de Artaria, Tranquillo Mollo y Giovanni Cappi se desligaron de la firma en los años del cambio de siglo, el primero en 1798, el segundo en 1801. Ambos se establecerían como impresores y editores independientes, en sendas sedes vienesas, y con ambos trabajaría Beethoven. Mollo fue, de hecho, uno de sus editores de cabecera hasta 1808; la Biblioteca Nacional custodia un ejemplar de una edición algo posterior de la Sonata n.º 24, op. 78 (MC/21/43). En cambio, Cappi solo consiguió publicar un puñado de obras del compositor, entre ellas otra sonata, la número 12, op. 26 (1802), que Beethoven dedicó al príncipe Carlos Lichnowsky, uno de sus más destacados mecenas (MP/2390/4). También afincada en la ciudad del Danubio, la imprenta de Sigmund Anton Steiner alumbró prácticamente todas las ediciones originales de Beethoven entre 1815 y 1817. La representada en la biblioteca es la de la versión para piano a cuatro manos de La victoria de Wellington, op. 91, sinfonía escrita para celebrar la derrota de Napoleón a manos de las tropas inglesas, españolas y portuguesas acaecida en Vitoria en 1813 (MP/5221/5). Por lo demás, en las notas que preceden a la obra Steiner ensalza a Beethoven como “el compositor más brillante de nuestra época”[4], algo que a mediados de la década de los diez ya era generalmente aceptado.
De Viena a Leipzig, la capital de la edición musical en la Europa del siglo XIX. A que la ciudad sajona alcanzara este estatus contribuyó decisivamente el quehacer de la casa Breitkopf & Härtel, artífice de la revolucionaria e influyente tipografía de mosaico[5]. En los albores del siglo Gottfried Christoph Härtel, por entonces el propietario único de la firma, cultivó decididamente la amistad de Beethoven, lo que se traduciría en la publicación de las ediciones príncipe de veinticinco de sus composiciones. Una fructífera relación testimoniada en la Biblioteca Nacional por las dieciocho partichelas del quinto y último concierto para piano del bonense, op. 73 (1811), conocido popularmente como “Emperador” y dedicado a su discípulo, amigo y protector el archiduque Rodolfo de Austria (MP/2390/1). Y del este de Alemania al oeste, concretamente a Maguncia, donde los hijos de Bernhard Schott regentaban una editorial dedicada a compositores de popularidad regional y a la reimpresión de obras muy conocidas hasta que, en 1824, entraron en contacto con Beethoven. A raíz del lanzamiento de las primeras ediciones de composiciones tan relevantes como la Missa solemnis, la Novena sinfonía o el Cuarteto de cuerda n.º 12, op. 127 (MP/1941[18]) —el que inauguró su imponente serie de cuartetos tardíos—, el nombre de Schott se envolvería de un enorme prestigio.
Cuarteto de cuerda n.º 12, editado por los hijos de Bernhard Schott.
La compañía de los hijos de Schott contaba con filiales en diversas ciudades europeas, entre ellas París, donde dieron a conocer la reducción para piano de la Quinta sinfonía, op. 67 (M.GUELBENZU/1313[7]), composición que lograría una formidable repercusión en la Francia decimonónica, debida en gran parte al hecho de que fuera asociada a los ideales revolucionarios. En el catálogo de la Biblioteca Nacional figuran otras cuatro ediciones tempranas francesas de Beethoven, todas ellas fechadas en los años veinte. Tres llevan la firma de Simon Richault, uno de los editores de música más significados en el París del siglo XIX. Son, en los tres casos, ediciones de tríos: una del segundo de los que conforman el opus 1 (MP/2390/5), publicado originalmente por Artaria tres decenios antes; otra del “Gassenhauer”, op. 11 (MP/2390/6); y una tercera del arreglo para piano, violín o viola y violonchelo del Sexteto en mi bemol mayor, op. 81(b) (MP/6228/1). De perfil bastante más bajo que Richault, Charles Laffilé lanzó por separado el “Benedictus” de la Misa en do mayor, op. 86 (MP/2390/2), cuya versión íntegra había aparecido en Leipzig de la mano de Breitkopf & Härtel. En cuanto a Italia, nos encontramos con la célebre casa milanesa Ricordi; a su trascendencia se refiere el bibliógrafo Richard Macnutt en estos términos: “En toda la historia de la edición musical no ha habido otra firma que, por medio de sus propios esfuerzos, astucia, iniciativa y talento, haya obtenido una posición de dominio como la que disfrutó Ricordi en Italia en el siglo XIX”[6]. Ricordi publicó en 1820 el arreglo para piano y violín de una de las sonatas pianísticas de Beethoven, la número 28, op. 101. El ejemplar de la biblioteca procede de la colección del pianista, profesor y compositor pamplonés Juan María Guelbenzu (M.GUELBENZU/93).
Colección de waltzes, editada por Bartolomé Wirmbs.
¿Y en España? La recepción de Beethoven en nuestro país fue, fundamentalmente, un fenómeno posterior a 1830. Aunque hubo algunos antecedentes dignos de mención, como la interpretación de una de sus sinfonías en Cádiz en 1807, o la de la Obertura Coriolano trece años más tarde en Sevilla. O, en el ámbito que interesa específicamente a este texto, la publicación en Madrid, en 1818, de la primera edición española del compositor, una selección de valses estampada en la imprenta del alemán Bartolomé Wirmbs; todo un hito en la trayectoria de este pionero del negocio editorial musical en España, figura cardinal que, en palabras de José Carlos Gosálvez, estableció “un punto de partida basado en las prácticas habituales en toda Europa, que serviría para la homologación y despegue definitivo del comercio musical español”[7]. Las piezas vieron la luz en La lira de Apolo, colección periódica de partituras iniciada por Wirmbs en 1817. La BNE posee tres ejemplares de esta edición (M/1955[7], MP/1859[5] y MI/3[7]) , uno de ellos —el último citado— proveniente de la biblioteca de Francisco Asenjo Barbieri.
Beethoven falleció en Viena el 26 de marzo de 1827, a los cincuenta y seis años de edad. El funeral celebrado tres días más tarde fue un verdadero acontecimiento para los vieneses; la cifra de asistentes se estimó en más de diez mil. Una multitud que pudo escuchar, transcritos para voces masculinas, los Tres equali para cuatro trombones, WoO 30, que Beethoven había compuesto en 1812[8]. En la biblioteca se halla un ejemplar de una edición de este arreglo aparecida poco después de la muerte del compositor, la parisina de Alexandre Choron (M.GUELBENZU/90). Con ella concluimos esta aproximación bibliográfica al prodigio de Bonn, exponente, por lo demás, de la extraordinaria riqueza del fondo antiguo musical de la Biblioteca Nacional.
Dedicado con afecto a José María Soto de Lanuza, buen amigo y, hasta su reciente jubilación, compañero en el Servicio de Partituras de la BNE
[1] Burnham, Scott Gordon: “Beethoven, Ludwig van”, en Stanley Sadie (ed.): The new Grove dictionary of music and musicians. Vol. 3. Londres: Macmillan Publishers, 2001, p. 110. La traducción es nuestra.
[2] El Consorcio de Bibliotecas Europeas de Investigación (CERL) fija su fecha de cierre en 1830.
[3] La sigla alemana “WoO” significa “Werk ohne Opuszahl”, esto es, obra sin número de opus.
[4] Steiner, Sigmund Anton: “Pränumerations-Anzeige auf zwey neue grosse Sinfonien (in A. und F. dur) von Ludwig van Beethoven, welche im Kunst und Musik-Verlag der Unterzeichneten, in unten bemerkten Ausgaben erscheinen werden”, en Ludwig van Beethoven: Wellingtons-Sieg oder Die Schlacht bey Vittoria: für das Piano=Forte auf 4 Haende. Viena: Steiner und Comp., 1816, p. 1. La traducción es nuestra.
[5] A esta técnica de estampación musical nos referimos más ampliamente en “Breitkopf & Härtel. 300 años de imprenta y edición musical”, en El blog de la BNE. <www.blog.bne.es/blog/breitkopf-hartel-300-anos-imprenta-edicion-musical> [Consulta: 29 de noviembre de 2020].
[6] Macnutt, Richard: “Ricordi”, en D. W. Krummel y Stanley Sadie (eds.): Music printing and publishing. Nueva York: W. W. Norton & Company, 1990, p. 396.
[7] Gosálvez Lara, Carlos José: La edición musical española hasta 1936: guía para la datación de partituras. Madrid: Asociación Española de Documentación Musical, 1995, p. 66.
[8] Un equale es una composición para voces o instrumentos del mismo tipo, especialmente la escrita para cuatro trombones y destinada a un funeral u otra ocasión solemne.
BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA:
— Catálogo de impresos musicales del siglo XVIII en la Biblioteca Nacional. Madrid: Ministerio de Cultura, Dirección General del Libro y Bibliotecas, 1989.
— Loesch, Heinz von y Raab, Claus (eds.): Das Beethoven-Lexikon. Laaber: Laaber-Verlag, 2008.
— Rasch, Rudolph (ed.): Music publishing in Europe, 1600-1900: concepts and issues, bibliography. Berlín: Berliner Wissenschafts-Verlag, 2005.
¡Muchas felicidades por el post! Me ha encantado