«La bohème»: crónica de un éxito a través de los documentos conservados en la Biblioteca Nacional de España
Giacomo Puccini (1858-1924) es uno de los grandes compositores italianos de la historia de la ópera. En España, a pesar de que sus primeras óperas tuvieron una regular acogida y la crítica de la época lo atacó sin piedad, el compositor marcó la escena musical española por su presencia y por el notable influjo que sus óperas ejercieron en todo el país. Sus producciones rápidamente se popularizaron, convirtiéndose en una fuente segura de ingresos para los teatros españoles. Óperas como La bohème (1896), Tosca (1900) o Madama Butterfly (1904) se han incorporado al repertorio hasta nuestros días. Muestra de ello es que el Teatro Campoamor de Oviedo[1] o el Teatro Real[2] han programado La bohème para su próxima temporada 2021/22. A través de las fuentes documentales conservadas en la Biblioteca Nacional de España (fuentes hemerográficas, ediciones de partituras, registros sonoros, etc.) se puede establecer cómo La bohème se convirtió en el primer gran triunfo del maestro en el país y la que marcó un cambio en la recepción de su figura y obra escénica.
El compositor italiano era un completo desconocido para los españoles. Su primera ópera, Le Villi (1884), no llegó a estrenarse en España a pesar de haber obtenido un buen éxito en su representación en el Teatro dal Verme de Milán. La segunda ópera del músico, Edgar, fue la primera ópera pucciniana que se escuchó en el país. Aunque su acogida en Madrid fue más favorable que la de su presentación en Italia –Edgar recibió duras críticas en su estreno en el Teatro alla Scala de Milán (21-IV-1889)– su aceptación en España no fue suficiente y quedó en el olvido[3]. La siguiente obra pucciniana en darse a conocer fue Manon Lescaut (1893). Su representación en Italia supuso la consagración de Puccini como compositor, ya que en él se vio al posible heredero de Verdi. Sin embargo, el primer gran triunfo del italiano en su patria fue acogido con extrema frialdad en España[4].
Noticia del estreno de La bohème en el Príncipe Alfonso. La Correspondencia de España (17-IV-1898). Hemeroteca BNE.]
Antes del estreno mundial de Manon Lescaut en Turín, Puccini estuvo considerando otro tema francés para su siguiente ópera: la historia semiautobiográfica de Henry Murger (1822-1861), Scènes de la vie de bohème (1851). La novela de Murger era conocida en España. El libro gozó de gran popularidad en el país, al menos hasta los años 50 del siglo XX, y contó con un gran número de traducciones. La primera traducción al español localizada, hasta el momento, data del año 1871 y corresponde a José de Palma y Rico. En la Biblioteca Nacional se conserva una traducción de la novela llevada a cabo en el año 1899 por Luis de Montemar bajo el título Escenas de la vida de bohemia. Es interesante observar que el número de traducciones aumentó considerablemente tras el estreno de la ópera en España en 1898. Esto demuestra que los escritores y el mercado editorial se beneficiaron del éxito de la obra pucciniana y no dudaron en comercializar la novela que inspiró al músico italiano. También empezaron a surgir las primeras traducciones del libreto de la ópera; ejemplo de ello es la traducción de 1907 editada en Madrid por Tipografía Universal. La bohème se estrenó el 1 de febrero de 1896 en el Teatro Regio de Turín. La recepción de la ópera fue algo tibia, sobre todo, por parte de la crítica, que condenó categóricamente la nueva obra. A pesar de este negativo inicio, la producción pronto circuló por las ciudades italianas y se extendió por todo el mundo. Apenas había un teatro de ópera que no exigiera el trabajo. Este fue el caso de España, donde la obra se convirtió en una de las óperas italianas predilectas para el público. La nueva ópera de Puccini se vio por primera vez en España el 10 de abril de 1898 en el Teatro del Liceo de Barcelona. Elegida para inaugurar la temporada fue acogida con grandísimo éxito. Según la prensa de la ciudad, no había duda de que esa fecha formaría parte de los anales del Liceo. También se comentó que pocas veces se había manifestado el público barcelonés tan unánime en un juicio sobre una obra lírica. Las buenas noticias, tanto internacionales como nacionales, que llegaron a Madrid acerca de la ópera aumentaron la expectación del estreno en la capital española, lo que hizo presagiar que La bohème triunfaría en la ciudad[5].
El estreno en Madrid tuvo lugar en el Teatro del Príncipe Alfonso el 16 de abril de 1898. Sorprende que la representación no se celebrase en el Teatro Real, escenario idóneo para este tipo de acontecimientos musicales y el cual había acogido las dos óperas anteriores del músico. Según anunció la prensa madrileña, el Teatro del Príncipe Alfonso había adquirido los derechos para estrenar la obra.
Esto demuestra que, en España, la figura del maestro empieza a ser vista como un éxito asegurado para los teatros, ya que recurren a él como inversión segura de ingresos y luchan por conseguir la exclusividad de los derechos de la obra. El estreno de la ópera coincidió con un momento convulso política y socialmente: la última Guerra de Cuba (1895-1898). El conflicto bélico no impidió que la obra obtuviese en Madrid, como muchos adelantaron, un éxito extraordinario. A través de las fuentes hemerográficas consultadas en la Hemeroteca de la BNE se sabe que el estreno fue considerado como «una solemnidad musical de las más importantes que en estos últimos años se registra en la lista de los éxitos grandes»[6]. Aunque La bohème se aceptó de manera generalizada y la crítica madrileña fue unánime al preferir esta ópera antes que cualquier otra de Puccini, la obra no pudo librarse de los vituperios. Pese a ciertas reticencias puntuales, la nueva producción pucciniana triunfó en su primera audición en la capital española entrando rápidamente en el gusto del público y convirtiéndose, según la crítica, en la más querida por parte de este sector. Sobre el asunto, Cecilio de Roda lamentaba que «con el éxito de anoche, nos han condenado a algunos años de Bohème»[7].
Dos años después, el 17 de febrero de 1900, La bohème se estrenó en el Teatro Real. Para la prensa madrileña, el éxito alcanzado fue de tanta relevancia que se llegó a considerar esa fecha como el auténtico estreno de la ópera en la capital. Para la gran mayoría, la producción resultó ser totalmente nueva ya que, con motivo del suceso de la Guerra de Cuba, solamente unos pocos pudieron disfrutar de la partitura. La ópera se representó únicamente cuatro noches en el Teatro del Príncipe Alfonso.
La producción pucciniana se vio envuelta en varias polémicas en su estreno en el Teatro Real. La más sonada fue el supuesto plagio de Puccini a la zarzuela de Ruperto Chapí (1851-1909), Curro Vargas (1898). Al parecer, la frase del tercer acto de la ópera pucciniana, ¡“Mimi è tanto malata!”, iba acompañada por un tema melódico muy parecido al de la romanza de Curro, “¡Que siempre me ha querido!”. En la prensa madrileña, opinaron sobre este hecho los partidarios y detractores de ambos compositores. Como partidario del músico español destacó Félix Arteta, quien publicó en El Imparcial el artículo “En defensa de Chapí”[8]. Valedor de Puccini fue el crítico del periódico El País, el cual acusó la subjetividad del artículo anterior por estar descaradamente escrito por un amigo del ilustre compositor español. A su parecer, el arte patrio y el propio Chapí sentían envidia de la carrera triunfal de La bohème y de su autor. También por la campaña empresarial de la misma, pues según este crítico, para Curro Vargas el mercantilismo español no había hecho ni la centésima parte de la labor de difusión que gestionó Ricordi para el estreno de la ópera pucciniana en Madrid.
Recorte de la portada de la edición española de La bohème conservada en el Archivo Personal de José Subirá (M.SUBIRÁ/6/89(4)]
La bohème pudo escucharse en ciudades como Valencia, Santander, Palma de Mallorca, Tarragona, Vitoria o Alicante, entre muchas otras. En algunas de ellas se conoció no escenificada, sino gracias a los arreglos que se hicieron como transcripciones para banda, para instrumentos de pulso y púa o reducciones para piano y sextetos de los números musicales y arias más famosas. Muestra de la difusión editorial de La bohème por el territorio español es la edición de la ópera completa, fechada en 1898, que se conserva en BNE. La edición fue creada exclusivamente para el editor Vidal Llimona y Boceta, principal distribuidor de la Casa Ricordi en España. A precio de 6 pesetas, esta reducción para piano con texto en italiano se comercializó por todo el país. Importante es sin duda la edición publicada en el año 1904 bajo el título de La bohemia ya que se tratade la traducción al español de la ópera y, por lo tanto, de la primera versión en castellano de una obra de Puccini[9]. La edición es resultado del interés suscitado en España por la figura del compositor puesto que el éxito de la ópera era una premisa esencial para que la Casa Ricordi optara por publicar una edición traducida al castellano. Esta nueva versión permitió seguir avivando el triunfo del músico en el país y asentar su producción. El Archivo Personal de José Subirá contiene un recorte con la imagen de la portada de la adaptación española. Conservado por el propio musicólogo y publicado en su estudio sobre la recepción de Puccini en Madrid[10], este material vuelve a poner en relieve lo que significó la figura del italiano en el país.
Otra muestra de la difusión de la obra por España son las ediciones para canto y piano de los números musicales que más fama obtuvieron como por el ejemplo, el aria de la protagonista del primer acto “Sì. Mi chiamano Mimì”. En las ediciones conservadas en la Biblioteca sobre este número se puede apreciar en la cubierta el sello gofrado de casas editoriales españolas como la Casa Erviti de San Sebastián y el almacén de música e instrumentos, Casa La Viña, de Valencia. Estos datos dejan en evidencia el alcance de la ópera por todo el territorio español.
Edición para canto y piano del aria “Sì. Mi chiamano Mimì” que se comercializó por España. Biblioteca Digital Hispánica (MP/3820/6)]
En el primer tercio del siglo XX algunos de los números de la ópera, como el “Vals de Musetta”, empezaron a ser distribuidos en formato de registros sonoros como discos de pizarra o rollos de pianola. De este modo, la obra se difundió más allá de los teatros y de las salas de conciertos, trasladándose al medio urbano y siendo interpretada en cafés, organillos, casinos, hospitales, jardines de recreo o salones privados.
Rollo de pianola (1905 y 1933?) del “Vals de Musetta” fabricados en Barcelona y Madrid (RP/5756)]
Disco de pizarra (1907) del “Vals de Musetta” fabricados en Barcelona y Madrid (DS/10608/4)
Asimismo, otro ejemplo del triunfo de la ópera en España lo encontramos en los archivos personales que se custodian en la BNE. En el archivo personal de Juan María Guelbenzu (1819-1886) y Miguel Zanetti (1935-2008) se conserva un ejemplar de la partitura para canto y piano del aria de Mimì anteriormente mencionada. Aunque en el caso de Guelbenzu las fechas no concuerdan al fallecer este diez años antes del estreno de la ópera y por lo tanto, es probable que perteneciera a algún familiar suyo, lo importante de este hecho es que revela que Puccini es una figura de interés tanto para melómanos como para figuras musicales españolas reputadas. De hecho, La bohème fue tomada como objeto de estudio e inspiración para compositores como Pablo Sorozábal (1897-1988) o Manuel de Falla (1876-1946). El primero de ellos hizo explícita en más de una ocasión su admiración por Puccini, y consideró el libreto de La bohème como un modelo a seguir. Así se lo manifestó el músico al libretista Guillermo Fernández-Shaw en relación a un proyecto teatral común: «¿Qué ambiente prefieren Uds tratar? Yo no tengo un ambiente preferido y mi único deseo es que los personajes sean “muy humanos”. Como libretos ideales, “La Bohéme” me parece una preciosidad»[11]. Por otro lado, Manuel de Falla en sus años previos a la composición de su primera ópera, La vida breve (1913), compró y estudió las obras más representativas de autores como Massenet, Verdi, Wagner o Mascagni, entre los cuales se encontraban Puccini y su Bohème. De esta ópera, Falla se interesó por el tratamiento del canto y de la orquesta en determinadas situaciones escénicas[12].
Portada del libreto de la parodia de La bohème. Biblioteca Digital Hispánica (T/16056)]
El éxito de La bohème permitió que la ópera fuera blanco de otra costumbre en la escena española decimonónica: la creación de una parodia. El género de la parodia tuvo un auge importante en el último tercio del s. XIX y principios del XX, y se integra en el ámbito del género chico como un subgénero de este. Cualquier autor, género u obra de éxito era motivo de parodia, por lo que La bohème y Puccini, eran el objeto perfecto para llevar a cabo la labor parodística. La ópera se vio parodiada en La Golfemia de Salvador María Granés con música del maestro Luis Arnedo (1856-1911)[13].
Más ejemplos de la influencia que ejerció la ópera pucciniana en la escena musical española y en los autores del país fueron los estrenos de la zarzuela Bohemios (1904) de Amadeo Vives (1871-1932) con texto de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios, y cuyos números musicales se conservan en la BNE tanto en archivos sonoros como en música impresa; y la opereta en un acto titulada Musetta (1908), con música de Pablo Luna (1879-11942) y letra de Luis Pascual Frutos. La BNE dispone de un ejemplar del texto de esta última obra. Estrenada el 24 de marzo de 1904 en el Teatro de la Zarzuela, Bohemios sigue muy de cerca la obra de Puccini y la de Murger. Es por ello que la prensa madrileña señaló que los autores de la obra estaban indudablemente influidos por la ópera pucciniana. El argumento narra la historia de amor entre el músico Roberto y la cantante Cosette dentro del ambiente bohemio, y que sueñan con triunfar en el mundo de la ópera. Musetta, por su parte, está inspirada en una frase de La vie de bohème de Murger y fue estrenada en el teatro Ideal Polístilo de Madrid el 13 de julio de 1908. Conservando el ambiente bohemio, la opereta desgrana los amores de Musetta y Marcelo y algunos episodios sobre la vida del personaje femenino.
Gracias a los fondos de la BNE se puede concluir que La bohème fue el punto de partida de la positiva recepción del músico en España. Puccini consiguió imponerse a compositores de gran calado como Wagner y a los maestros españoles al ofrecer una música cercana a la tradicional escuela italiana, la cual contaba con una gran tradición en el país, pero con la modernidad suficiente para atraerlos. También por el gran aparato productivo y empresarial de la poderosa Casa Ricordi, quien se encargó de que las producciones puccinianas ocuparan los escenarios españoles a través de la creación de numerosas ediciones de la partitura. Aprovechando el éxito de la ópera fueron varios los teatros nacionales que recuperaron y se interesaron por Manon Lescaut por ser una obra del autor de moda y, porque en algunas provincias solo se había podido escuchar a través de arreglos y transcripciones y no escenificada. Esto se tradujo en una omnipresencia del maestro italiano en el panorama musical español, que se ampliaría posteriormente con el estreno de Tosca en el Teatro Real en diciembre de 1900.
Isabel Rosal Moral
Becaria del Servicio de Partituras de DMA
[1] “La bohème”. Ópera de Oviedo. Temporada 2021/22. https://www.operaoviedo.com/temporada-21-22/la-boheme-2021/ [Fecha de consulta 21-06-2021]
[2] “La bohème”. Teatro Real. Temporada 2021/22. https://www.teatroreal.es/es/espectaculo/boheme-0 [Fecha de consulta 21-06-2021]
[3] Véase Rosal Moral, Isabel: “Luigi Mancinelli, Giulio Ricordi y Francesco Tamagno, figuras fundamentales en la recepción del primer Puccini en España: el estreno de Edgar en el Teatro Real (1892)”. Cuadernos De Música Iberoamericana, 2020, vol. 33, pp. 281-302.
[4] Véase Rosal Moral, Isabel: “Giacomo Puccini: nueva amenaza italiana para la ópera wagneriana y la ópera nacional. Estreno de ‘Manon Lescaut’ en Madrid (1893)”. Música: Revista del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, 2020, no. 27, pp. 29-49.
[5] «La Bohème», El Globo, Madrid, 17-IV-1898, p. 3.
[6] Concertino: «En el Príncipe Alfonso. Estreno de la ópera del maestro Puccini ‘La Bohème’», El Globo, Madrid, 17-IV-1898, p. 3.
[7] Roda, Cecilio de: «Príncipe Alfonso. La Bohème», La Época, Madrid, 17-IV-1898, p. 2.
[8] Arteta, Félix: «En defensa de Chapí», El Imparcial, Madrid, 30-IV-1900, p. 3.
[9] Puccini, Jacobo: La Bohemia (Escenas de La vida bohemia de Enrique Murger). Milán: G. Ricordi y Comp.ª, 1904.
[10] Subirá, José: “Puccini y el puccinismo en Madrid (Evocación conmemorativa de un centenario)”. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1958, no. 7, pp. 41-68.
[11] Carta de Sorozábal a Guillermo Fernández-Shaw, Leipzig, 8-XI-1931. Archivo Guillermo Fernández-Shaw (Fundación Juan March).
[12] Torres Clemente, Elena: Las óperas de Manuel de Falla de La vida breve a El Retablo de Maese Pedro. Madrid: Sociedad Española de Musicología, 2007, p. 106.
[13] Para un estudio más profundo sobre La Golfemia véase Serrano Alonso, Javier: “De Puccini a Salvador María Granés: Un juego paródico como recepción de la ópera italiana en España”. Actas del X Simposio de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada. Universidad de Santiago de Compostela, 1996, vol. II. Véase además Beltrán Núñez, Pablo: “Las parodias del género chico. ‘La golfemia’”. Anales de la literatura española contemporánea, 1997, vol. 22, no. 3.
Estupendo post.