En busca de lo desconocido en la Jornada de Puertas Abiertas
Los visitantes que acuden a la Biblioteca Nacional de España en su jornada de puertas abiertas buscan la oportunidad de conocer obras que no están a la vista del público, entrar en espacios de acceso restringido y descubrir la historia, la vida, las leyendas y hasta los fantasmas” de la institución cultural más antigua del país.
La BNE celebrará su tradicional jornada de Puertas Abiertas el próximo día 21 de abril, una actividad que se lleva a cabo el sábado más próximo al 23 de abril, fecha que la UNESCO estableció en 1995 para la celebración del Día Internacional del Libro al coincidir con la conmemoración del fallecimiento de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare.
Durante la jornada, trabajadores de la BNE participan como voluntarios para recibir y atender a los visitantes, a quienes se muestra no solo el edificio por dentro, sino también algunas de las obras más relevantes que custodia la institución.
Cada año, desde 2005, se abren las puertas a las 8,45 de la mañana, y se entregan, por orden de llegada, entradas numeradas y limitadas que permiten el acceso a grupos de visitantes a partir de las 9,00 y hasta las 14,00 horas.
Los visitantes pueden conocer, de esta forma, la enorme riqueza y variedad del patrimonio bibliográfico español que conserva la BNE a través de una selección de sus fondos, entre los que se encuentran manuscritos, incunables, periódicos y revistas, mapas, partituras, grabados, dibujos, fotografías, registros sonoros y audiovisuales.
Acompañados de los voluntarios recorrerán espacios como el salón general de lectura, el depósito general y otras salas especiales e instalaciones de la BNE, como las salas Cervantes, Goya, Barbieri, o la del Patronato.
Es el departamento de Difusión quien se encarga de coordinar la jornada, y su jefe del servicio de Actividades Culturales, Antonio León-Sotelo, indica que la primera vez que se celebró esta jornada fue en abril del 2005 y consiste en que parejas de voluntarios de la BNE acompañan a grupos de entre veinte y veinticinco personas, que recorren parte de nuestras instalaciones, entre ellas algunas que no se ven habitualmente, como la sala del Patronato o el depósito general. Otros voluntarios se encargan de tareas de apoyo, como coordinar los grupos, los recorridos, las entradas de la gente, vigilancia… En total se han celebrado hasta este año nueve jornadas de puertas abiertas, porque algún año han tenido lugar dos veces, en abril y en diciembre, y en el 2011 tuvo lugar el 12 de octubre, coincidiendo con la fiesta nacional. Acceden cada jornada, aproximadamente, unas 1.500 personas, que pueden ver, entre otras cosas, obras originales de algunos facsímiles y otras piezas importantes de nuestras colecciones.”
León-Sotelo añade que se realizan dos recorridos: normalmente, un grupo hace un recorrido norte, y otro, sur. Ambos ven la sala general y el depósito general, y, luego, unos se dirigen hacia la sala Cervantes y los otros hacia la zona de Publicaciones Periódicas. Los dos terminan pasando por la sala del Patronato”. Y cuenta como anécdota que un año vino un grupo de personas invidentes con perros guías y les mostramos piezas escritas en Braille.” Doce plantas de depósitos La responsable del departamento de Control Bibliográfico de Revistas, Inmaculada Torrecillas, es una de las colaboradoras en un día tan especial: hace años, como yo llevaba entonces el depósito, me dijeron que si quería explicar a los visitantes todo lo concerniente al depósito general y me pareció una buena idea. La gente se queda extrañada de que tengamos doce plantas de depósitos, porque desde la calle parece que el edificio tiene muchas menos. Les explicamos que hay plantas bajo tierra… Enseñamos la sexta planta, que es la de paso, en la que guardamos fondo moderno y monografías, libros que están entrando en los últimos tiempos.”
Por motivos de seguridad y, sobre todo, de conservación no es recomendable que haya grupos numerosos de personas en plantas con fondo antiguo.
Ana Carrillo, jefa del servicio de Intranet, explica, por su parte, que nuestra función de cara a esta jornada es comunicar a los empleados de la BNE todas las acciones que se van a llevar a cabo ese día. Se abrió la convocatoria para que las personas que quisieran apuntarse como voluntarios pudieran hacerlo. Aparte de esto, publicamos tanto los guiones de las visitas, como las tablas de reparto de voluntarios en los distintos turnos. Somos una especie de puerta de comunicación para los empleados. Hacemos una labor interna. Y tras la jornada contamos un poco en la Intranet cómo ha ido el día, colgamos una galería de imágenes…”
Ana Vicente, responsable del área de Bellas Artes y Cartografía, cuenta que, organizamos en esta jornada, en colaboración con el departamento de Música y Audiovisuales, una exposición con materiales representativos de la variedad de las colecciones de la BNE en la cuarta planta. Explicamos a los visitantes su significado para que conozcan mejor nuestros fondos. Y notamos mucho entusiasmo en la gente que viene.”
José María Soto y Teresa Delgado pertenecen al departamento de Música y Audiovisuales. El primero trabaja en el servicio de Partituras: yo tengo la costumbre de traer el día de la jornada un fonógrafo de la marca Edison para que los visitantes puedan escuchar un aparato de finales del siglo XIX. Y gusta mucho. También ponemos otras máquinas antiguas de registros sonoros, como es un aristón, en el que se pueden oír los discos de cartón, o gramolas y gramófonos. Es una forma de acercar al público a nuestra historia del registro sonoro”.
Su compañera, Teresa, aclara que yo hago de guía de grupos, normalmente por el recorrido sur. Es una experiencia muy bonita, porque conoces a compañeros de otros departamentos con los que normalmente no tienes contacto, y, además, mantenemos un trato muy directo con todo tipo de público. Un año me tocó acompañar a un grupo de invidentes a los que tuve que explicar lo mejor que pude las salas por las que pasábamos. En una ocasión, para mí fue muy emocionante enseñar la biblioteca a mis padres, que formaban parte de uno de los grupos. La ilusión de mi vida era trabajar en la BNE y, encima, poder enseñársela a mis padres fue muy bonito.”
Teresa recuerda alguna anécdota tan curiosa como que hay visitantes que nos preguntan si es verdad que hay fantasmas en el depósito general de la BNE, porque hay quien dice que a veces se escuchan voces extrañas, que hubo un bibliotecario que se cayó de una pasarela y se murió. Yo no sé si eso es cierto.”
Muy bueno el articulo y todo lo que sea aprender y adquirir conocimientos nuevos bienbenido sea, un saludo a todos.