El libro más antiguo de la BNE

El libro más antiguo de la BNE
13 de Abril de 2010

Una de las preguntas que más nos repiten los usuarios de la BNE es cuál es la obra más antigua que conservamos en depósitos. Seguramente dicha pregunta proviene de la imagen generalmente asociada a las bibliotecas como instituciones que custodian fondos antiquísimos y, por ende, muy valiosos.

Sin diferenciar por tipo de materiales, la pieza más antigua que se conserva en la BNE es el Códice de Metz, un tratado de cómputo y astrología que data del siglo IX. El códice, entendido como el libro escrito a mano durante la Antigüedad Clásica hasta el fin de la Edad Media, se asemeja físicamente al libro moderno. Las materias primas empleadas para su elaboración fueron el pergamino y el papiro, quedando las hojas unidas por una costura y encuadernadas con materiales diversos, principalmente madera.

El Códice de Metz, procedente de la colección privada del Duque de Uceda, está formado por 76 hojas de 30 x 24 centímetros y el material empleado es el pergamino. En cuanto a la lengua, está escrito en latín y la escritura es carolingia. En el catálogo online podéis consultar su registro bibliográfico. Como veréis, son muchísimas las referencias que desde distintas publicaciones se han hecho al Códice, lo cuál nos habla de su relevancia. También es interesante prestar atención a la nota de ilustración, pues nos permite ensoñarlo:

Decorado con 42 representaciones figuradas de las constelaciones, dibujadas a pluma, con trazo firme y grueso, o pintadas directamente, de gran realismo. Colorido tenue y variado, con predominio de los tonos azules, ocres, marrones verdes, rojos transparentes o rosados, todos ellos con variedad de gamas.

En cuanto a la obra impresa más antigua conservada en la BNE, se trata de un ejemplar del Catholicon, de Johannes Balbus. Fue impreso en Maguncia (actualmente Mainz, Alemania) en 1460, probablemente en la propia imprenta de Gutenberg.

Puedes ver esta obra a través de la Biblioteca Digital Hispánica.

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