El monstruo de la naturaleza
Lope de Vega, el Monstruo de la Naturaleza, rondaba los setenta años cuando escribió el libro que hoy conocemos como Códice Daza. Con motivo de la digitalización de este documento en la BDH, hoy rendimos este pequeño homenaje en nuestro blog al Fénix de los Ingenios.
Sus últimos años fueron un peculiar calvario en el que vio a su amada Marta de Nevares quedarse ciega en 1626 y morir loca dos años después; a su hijo, Lope Félix, ahogarse pescando en la isla Margarita; a su hija Antonia Clara, secuestrada por un hidalgo, novio suyo. Su hija Feliciana, la única legítima, le dio dos nietos, pero en estos años una se hizo monja y el otro, el capitán Luis Antonio de Usategui y Vega, murió en Milán al servicio del rey. Sólo una hija, Marcela, le sobrevivió.
Afortunadamente, ni siquiera este cúmulo de desgracias le apartaron de la escritura… y gracias a ello tenemos hoy en la BNE el resultado de esos últimos años de producción literaria incesante. Antes que ser un libro propiamente dicho, el Códice consta de una serie de hojas manuscritas, desordenadas y algo caóticas. Fueron encuadernadas para formar un volumen único con posterioridad, de no muy buenas maneras. Incluso en algún momento se forzó la encuadernación para incluir 96 páginas adicionales, con tan poca delicadeza que se encuadernaron al revés.
A la muerte de Lope de Vega, el códice perteneció al Duque de Sessa, patrono y primer coleccionista del Fénix de los ingenios. Permaneció en su colección hasta el siglo XIX, cuando las bibliotecas de los Condes de Altamira y los Duques de Sessa fueron dispersadas y adquiridas por varios propietarios, entre los que destacan Valentín Carderera y Luis de Madrazo. La hija de éste, Teresa Madrazo, se casó con Mario Daza de Campos, en cuya familia se conservó el manuscrito hasta nuestros días.
Sólo el catedrático de Literatura Joaquín de Entrambasaguas tuvo acceso al documento, y plasmó sus impresiones en un artículo en la Revista de Literatura (n. 38, 1970). En éste destacaba el valor y rareza de la obra, ya que sólo existen otros dos borradores de Lope en todo el mundo.
Los propietarios del Códice Daza quisieron sacarlo de España para subastarlo en Londres en el año 2004, pero el Estado ejerció su derecho de tanteo y negó el permiso para sacarlo del país. Para resaltar la importancia del manuscrito hay que destacar que de ningún otro gran poeta clásico se conservan documentos autógrafos de este tipo: un libro completo escrito de su puño y letra, con anotaciones y tachaduras múltiples, donde se puede ver en detalle su proceso creativo y analizar su forma de trabajo.
La persona que accedió al borrador de Lope de Vega para poder emitir un informe sobre su autenticidad y su posible compra fue la directora de Patrimonio Bibliográfico de la BNE, Teresa Mezquita, quien ha dicho que se quedó "atónita" cuando lo vio por primera vez, pues "era, inconfundiblemente, la letra de Lope y contenía unas obras de una importancia increíble".
Lógicamente, el acceso al documento original está restringido por motivos de conservación, pero la versión digitalizada del Códice puede consultarse en la BDH (versión digital original) y también en su versión digital modificada.