El año de Antonio Cabezón
Hace quinientos años, nacía en Castrillo de Matajudíos (Burgos), el más genial, prolífico, influyente, internacional, polifacético, original, refinado y brillante músico del Renacimiento español.
Sobre su vida y su música se han vertido ríos de tinta y de alabanzas para ensalzarle a él y a una época de esplendor humanístico, poético y musical de excepción.
A pesar de su ceguera temprana, gracias a su genio, alcanzó a los dieciséis años un puesto relevante en la capilla musical de Isabel de Portugal, esposa de Carlos V. Podemos imaginarnos el brillo de esta corte constituida por cantores y músicos flamencos y borgoñones, conjuntos de ministriles españoles, músicos de cámara, donde el hijo ciego de un pequeño hidalgo de provincias, al fin y al cabo un criado, era incluso querido. Una cercanía con la corte que le llevó a viajar con el emperador Carlos por Europa, y con su hijo, Felipe, al que acompañó siendo príncipe a Inglaterra durante el año y medio de matrimonio entre este y María Tudor, y que después mantuvo a su lado toda su vida. Virtuoso del órgano, sus composiciones para este instrumento son amplísimas y variadas, haciendo del sonido del órgano renacentista algo inigualable.
La Biblioteca Nacional conserva las fuentes para el conocimiento de su obra que son fundamentalmente dos: la recopilación que hizo su hijo Hernando, que llevó el título de Obras de música para tecla, arpa y vihuela (1578), y El libro de cifra nueva para tecla, arpa y vihuela (1557) de Luis Venegas de Henestrosa, impreso en Alcalá de Henares, una suerte de antología de la música de mediados del siglo XVI, que incluía, amén de obras anónimas, obras de, entre otros, Verdelot, Crecquilon, Francisco Fernández Palmero y de la monja Gracia Baptista.
Las ""Obras"" publicadas por Hernando fueron objeto de una primera edición moderna por Felipe Pedrell, luego revisada por Higinio Anglés y completada por Mª Asunción Salas en 1968. Múltiples han sido los autores que se han interesado por la vida y obra de Cabezón, desde el mismo Felipe Pedrell que lo descubrió”, hasta Santiago Kastner, Charles Jacobs, Alonso Maurino , John Griffiths o Willi Apel.
La 10ª edición del Simposio FIMTE (Festival Internacional de Música de tecla española), que tendrá lugar en el Parador de Mojácar (Almería) del 8 al 10 de Octubre de 2010, estará dedicada a conmemorar los 500 años del nacimiento de Antonio de Cabezón. Este simposio se convoca bajo el título ""Música e instrumentos de tecla en el Imperio español (siglos XVI y XVII)"". Por cierto que el FIMTE aloja en su página web toda la obra de Cabezón.
En Málaga, el VI Festival de Música Antigua, que ofrece 11 conciertos, recordará al compositor. También en Segovia, su Festival de Música conmemora el año de Antonio Cabezón. Así como en Madrid, Patrimonio Nacional ha dado comienzo al IV Ciclo de Órgano en el Real Monasterio de La Encarnación. El Ciclo está dedicado a Los Viajes por Europa de Antonio Cabezón, Músico de Carlos V y Felipe II”. Santander, León, Úbeda, Daroca, Sevilla, Burgos, Cuenca, Estella, y Oaxaca (México), entre otras, dedican parte, o toda la programación de sus festivales de música a la obra de Antonio Cabezón.
Por último, esta casa también se une al aniversario, ofreciendo dentro del ciclo Pieza del mes la conferencia del catedrático José Sierra Pérez y el concierto de Miguel Bernal, que se celebrarán en la BNE en diciembre.
Y desde aquí un pequeño homenaje con dos delicias musicales. La primera, la Diferencia sobre La dama le demanda. La diferencia es un producto genuino del arte peninsular, en el que Cabezón fue maestro. Son variaciones sobre piezas de origen diverso, que pueden ser ejecutadas lo mismo con el órgano que en el salón palaciego o en el patio de una posada, que se suceden sin interrupción, creando una pieza de música continua. En este caso es una danza probablemente salida de la pluma de Thoinot Arbeu, Belle qui tiens ma vie”, que gozó de mucha fama en la época y sufrió” muchas versiones, como esta de Cabezón. Y la segunda, por supuesto, un tiento, el tiento IX del quinto tono. El tiento, (palabra que trae su nombre de tentar, buscar, probar), es lo que llevó a Willi Apel a comparar a Cabezón con Bach; piezas de gran virtuosismo y belleza, que no tienen una función litúrgica, si no más bien provienen de la improvisación del compositor, donde todo es personal, donde todo obedece a la capacidad creadora de su autor, sin préstamos ni puntos de partida.
Disfrutadlas pausadamente.
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Excelente artículo Juan. A quienes les guste la música barroca les animo a la lectura del libro de Pascal Quignard ""Todas las mañanas del mundo"" y la película homónima de Alain Coirneau. http://www.youtube.com/watch?v=QjWdJFwgVCk