Visitando la Biblioteca Nacional de España
Descubrir documentos únicos, conocer el proceso de trabajos poco comunes, comprender la historia de un edificio singular, recorrer pasillos y salas centenarias, ver aquellos lugares menos conocidos, pero representativos… Es lo que ha ofrecido la Biblioteca Nacional de España a los ciudadanos que se han acercado este sábado, 26 de Abril de 2014, a la Jornada de Puertas Abiertas. Organizada con motivo de la celebración del Día del Libro, en ella, también se ha podido asistir a la lectura continuada de El coronel no tiene quien le escriba, rindiendo, así, homenaje a Gabriel García Márquez.
Desde bien temprano, la gente ya espera en la escalinata y sus alrededores para entrar en la sede de Recoletos de la BNE. Unos minutos antes de las 9 de la mañana, el primer grupo de 25 personas ya tenía asignado la entrada de acceso y a los dos guías con los que descubrirían los entresijos del edificio.
La primera parada del recorrido era la Sala del Patronato, una de las más importantes, donde se reúne el Real Patronato de la Biblioteca y en la que se realizan los actos con mayor relevancia. En ella, los visitantes pudieron ver el retrato de Felipe V, el fundador de la institución, o los muebles originales del despacho de Godoy.
Tras pasar por el vestíbulo, donde pudieron conocer la historia del edificio y quiénes son las estatuas que lo guardan, entre los que se encuentran Alfonso X el Sabio o San Isidoro de Sevilla, pasaron al Salón Italiano. Allí, se les explicó lo sencillo que es obtener el carné de lector.
En el siguiente tramo del itinerario, se encontraban las estancias que más gustaron. La antesala del Salón General de Lectura guardaba tributo a Gabriel García Márquez, con una pequeña exposición de sus obras más representativas. Otra cosa que llamó la atención fue la variedad artística de los cuadros dedicados a los ganadores de los Premios Cervantes. Por ejemplo, dos chicas jóvenes, que formaban parte del grupo diez, compartieron con nosotros que sus favoritos eran los de José Jiménez Lozano y Jorge Luis Borges.
En el Salón General, no se estuvo mucho tiempo porque los usuarios estaban trabajando en él. Sin embargo, fue el lugar más admirado por todos, debido a la singularidad de su estructura, típica del siglo XIX; a la claraboya del techo; o a la decoración con los escudos de las provincias españolas del momento, que incluye a Cuba y Filipinas, que entonces eran colonias españolas. El depósito general fue otro de los lugares que más asombro causó entre los visitantes. Algunos de ellos, reconocieron ciertos títulos a su paso por estos gigantescos almacenes de libros.
A partir de aquí, la ruta dejó de ser igual para todos, unos grupos pasaron por el ala norte de la Biblioteca y otros por el sur. Así, unos conocieron la Sala de Información Bibliográfica y otros la zona de reprografía. No obstante, en el recorrido pudieron contemplar cómo es el antiguo catálogo con el que trabajan los usuarios años atrás.
En su visita, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de conocer aún más de cerca el “hospital de los libros”, como alguno de ellos lo calificó. Los operarios del departamento de Preservación y Conservación les mostraron los materiales y la forma en la que trabajan las seis personas que lo forman. Les explicaron detalladamente cuáles son las causas de la deterioración de los libros, cómo se realiza la restauración de sus hojas y, finalmente, cómo se reparan y realizan las encuadernaciones. Estas labores suscitaron muchas preguntas y curiosidades que fueron aclaradas por los voluntarios. Por lo que, al finalizar, recibieron el aplauso y agradecimiento de los grupos.
Después de conocer dos de los trabajos más complicados y necesarios de la Biblioteca, tres voluntarios de los departamentos de Música y Audiovisuales, de Bellas Artes y Cartografía, y de Depósitos Generales, mostraron un pequeño ejemplo de la enorme riqueza y variedad del patrimonio bibliográfico español que se conserva, a través de una selección de los fondos más representativos de la institución: manuscritos, incunables, periódicos y revistas, mapas, atlas, grabados, dibujos, fotografías, partituras, registros sonoros y audiovisuales.
Deseo de más BNE
Para finalizar la visita, se les enseñó el primer lugar por el que pasan todos los documentos que entran en la Biblioteca, el muelle de carga y descarga, donde empieza su catalogación. Para agradecerles su asistencia a la jornada, se obsequió al público con una flor amarilla en recuerdo al escritor colombiano y un pequeño libro, cortesía de la Fundación de Amigos de la BNE.
Los visitantes, ya fueran niños, jóvenes o adultos, han reconocido que “es una oportunidad única de conocer cómo trabajan en la BNE, porque hacen una actividad muy importante”. También se ha acercado mucha gente de otras nacionalidades, paisanos del autor colombiano García Márquez, dicen que “venían especialmente a ver la muestra de las obras del maestro, pero han quedado gratamente sorprendidos por la oportunidad de conocer un trabajo tan maravilloso”. Los ciudadanos se quedaron con ganas de ver más, por lo que muchos esperan que “esta iniciativa se mantenga durante muchos años”.
Una vez terminado el recorrido, parte de ellos, aprovecharon para unirse a la lectura continuada de El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez. Un acto que abrió el embajador de Colombia, Fernando Carrillo, y en el que también participaron la directora de la BNE, Ana Santos, el secretario de Estado, José María Lassalle y la directora general de política e Industrias Culturales y del Libro, Teresa Lizaranzu. La lectura concluyó dos horas más tarde, cuando la directora técnica, Mar Hernández, leyó el último fragmento. Además, en esta actividad participaron 150 personas que continuaron con la lectura.
Vídeo sobre la Jornada de Puertas Abiertas
Rocío Olivares Borja Sierra y Carlos Rodríguez: Vídeo
No me extraña que mucha gente se quedara con ganas de más BNE. En mi época universitaria me pasaba allí horas y horas y nunca me cansaba; era mi segunda casa. :-)