Conductus y motetes del siglo XIII
Manuscrito del siglo XIII (ca. 1265), junto con Wolfenbüttel (Herzog-August-Bibliothek, 628 y 1099) y Florencia (Biblioteca Mediceo-Laurenziana Pt. 29-I), una de las principales fuentes del repertorio de Notre-Dame de París. Procede de los fondos de la catedral de Toledo (sign. 33-23), desde los que pasó a la Biblioteca Nacional tras el decreto de incautación de 1869, conocido por ello como el Códice de Madrid [Ma]. Se ignora su lugar de copia, quizá algún scriptorium castellano. Su origen toledano no pasa de ser una conjetura, pues, a juzgar por los inventarios de la institución, no parece que el libro se encontrara en la catedral hasta comienzos del siglo XVII con la compra de un ejemplar que podría ser este manuscrito en la almoneda del cantor Martín Gómez de Herrera.
Escrito en pergamino, es la fuente de tamaño más reducido de las principales del mencionado repertorio parisino, aunque sus márgenes pudieron ser cortados en alguno de los procesos de encuadernación. Tiene ciento cuarenta y dos folios foliados a lápiz por Wilhelm Meyer en 1907, según consta en la hoja de guarda final. Pautado musical en pentagrama de color rojo –excepto algunos tetragramas para los tenores de los organa en los primeros folios–, generalmente de ocho líneas por página, algunas veces nueve o diez, notado con la escritura cuadrada propia del repertorio de la escuela de Notre-Dame.
Las letras capitales que inician algunas piezas presentan la típica decoración que aparece en otros manuscritos hispanos de la época, consistente en unas cenefas de color rojo completadas con las formas de las letras en color azul o negro. Muchas de ellas no llegaron a dibujarse, permaneciendo su espacio en blanco. La encuadernación, en pergamino del siglo XVIII, se realizó en tiempos del cardenal Lorenzana.
En el momento de la encuadernación se añadieron tres folios; en uno de ellos figuran aún las antiguas signaturas de su depósito en la Biblioteca Nacional de España: Hh-167; Vª. 24-7 y la definitiva Mss/20486. En su configuración actual consta de dos sectores bien diferenciados que formaron una unidad probablemente a partir de la encuadernación del siglo XVIII. El primer sector (ff. 1-24v, un binión más dos quiniones) consta de tres cuadernillos con una importante laguna entre el binión y el primer quinión. Contiene entre otras piezas los organa quadrupla atribuidos a Pérotin, Viderunt omnes y Sederunt principes, y un fragmento de esta última pieza tropada con texto de Felipe el Canciller (†1236), única fuente conocida en la que aparece este tropo melógeno aplicado directamente a las cuatro voces del organum.
El segundo sector (ff. 25-142) comienza con una gran letra «F», lo que sugiere que quizá fuera el folio inicial del manuscrito, como también puede probarse por la presencia en los inventarios de dos manuscritos de contenido similar que en el siglo XVIII se encuadernaron en un solo volumen, dando lugar a nuestro códice. Contienen conductus, motetes y conductus-motetes junto a la versión más antigua del hoquetus «In seculum» (f. 122v), compuesto por cierto hispano según el tratado Anónimo IV (ca. 1272). Este sector se divide en cuatro grandes secciones que contienen veintidós conductus a dos voces (en cinco cuaterniones, ff. 25-65), veinte conductus a dos y ocho motetes (ff. 66-106, cinco cuaterniones), diez conductus a dos voces, un motete a tres y el mencionado hoquetus (en dos cuaternios, ff. 107-122), y finalmente dos cuaternios (ff. 123-142) con ocho conductus a dos partes y veintitrés motetes, la mayoría de ellos sin tenor, una de las características del manuscrito.
Algunas de estas piezas son únicas y otras presentan concordancias solamente con otros manuscritos hispanos, en concreto con el Códice de Las Huelgas. Por ello y por razones de crítica interna, tipo de notación, escritura y otras características, tras considerarse copiado en Francia, con los estudios de Anglés sobre el manuscrito de Las Huelgas, los estudiosos no dudaron sobre el origen hispano del códice. La primera mención conocida es de finales del siglo XIX. Los textos de la mayoría de las piezas fueron publicados en Analecta hymnica (1895). Se hizo un facsímil en blanco y negro en Dittmer (1957) y la transcripción completa en Asensio (1997).