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Así se hace la Biblioteca Digital Hispánica
Los fondos de la BNE al alcance de todos los usuarios
El proyecto de digitalización masiva de los fondos de la Biblioteca Nacional de España (BNE) es una importantísima labor que permite a los usuarios consultar con mayor facilidad las obras de todo tipo guardadas en la institución. Uno de los responsables del proyecto, José Luis Bueren, jefe de área de la Biblioteca Digital Hispánica (BDH), explica que “empezamos esta tarea en el 2008, año en el que Telefónica acordó patrocinar el proyecto durante cinco años, con la entrega de hasta cinco millones de euros.
Poner en marcha todo esto, para que cada día lleguen a los escáneres unas veintisiete mil páginas, requiere una buena coordinación, empezando por seleccionar los registros y ver en que fase están… Y se ha creado un portal específico para que los usuarios puedan buscar y recuperar toda la información, los contenidos digitales. La gestión de ese portal y esa base de datos la llevamos nosotros. Se digitalizan partituras, libros antiguos y modernos, manuscritos, mapas, grabados, fotografías, registros sonoros… de todo.
- ¿Tiene una mayor dificultad la digitalización de manuscritos?
- Sí, porque el material es más delicado. Pero, la dificultad o no, en base al material, depende del estado de conservación. Esa es la clave. La digitalización es una inversión en cuanto a la preservación del documento físico, porque el día de mañana no hay que servirlo al público.
- ¿Se puede consultar cualquier documento digitalizado?
- En principio, todos están accesibles en la web de la BNE. Y los contenidos son gratuitos y libres, aunque existe un porcentaje muy pequeño de documentos sujetos a derechos de autor. En la BDH tenemos ya unas cuarenta y seis mil obras. Y cada día van aumentando. Nos queda un trabajo continuado de años. De momento, la digitalización se ha centrado básicamente en lo que está libre de derechos de autor… Y uno de nuestros objetivos es convencer a Telefónica para que amplíe su patrocinio. Al ritmo que vamos, tardaríamos quince o veinte años en digitalizar todo el fondo antiguo. El moderno, de momento, ni se sabe. Ahora mismo estamos digitalizando unas tres mil páginas de manuscritos diarias, pero queremos pasar de inmediato a seis mil. Es importante que esas obras, que, físicamente, no pueden estar en manos de la mayoría de los usuarios, digitalizadas, lleguen a todo el mundo. De hecho, está demostrado que la BNE tiene muchos fondos que la gente no sabe que tenemos. O que les parece que nunca va a poder acceder a ellos. Y gracias a la BDH es posible consultarlos. Porque este proyecto es el gran foco de difusión de los fondos bibliográficos.
Información adicional:
Las vueltas que dan los libros, por José Luis Bueren