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Antonio Campoamor: 50 años de fidelidad a la Hemeroteca Nacional
La directora de la BNE hace entrega a Antonio Campoamor de una carta de agradecimiento y de un ejemplar de “La Real Biblioteca Pública: 1711-1760, de Felipe V a Fernando VI”.
Hoy, día 3 de julio, se cumplen 50 años desde que Antonio Campoamor pisara por primera vez la Hemeroteca Nacional. Ya jubilado, sigue siendo usuario fiel y afirma que “este medio siglo se me ha pasado como un suspiro. En los últimos veinte años vengo con muchísima frecuencia, y todos los recuerdos que me quedan son buenos. Desde que me jubilé visito la Hemeroteca todos los días”. La Hemeroteca abrió sus puertas en 1949 y sus fondos se integraron en la Biblioteca Nacional de España en 1986.
En estas cinco décadas de estudio han sido objeto de su atención personajes como Juan Ramón Jiménez, Manuel de Falla o Antonio Machado, de los que ha escrito biografías.
- ¿Qué investiga ahora?
- Estoy buscando datos para la segunda parte de una biografía sobre Juan Ramón Jiménez y sus años americanos.
- ¿Qué significa la Hemeroteca Nacional en su vida?
- Es mi segunda casa. Me entró el gusanillo desde que entré en ella por primera vez y me encontré con periódicos antiguos, lo que significaba una maravilla para mí, un deslumbramiento. He conocido las sedes de Zurbarán, San Agustín, Magdalena y la actual de Colón. Y a pesar de ser un usuario tan pesado, siempre me trataron muy bien.
- ¿Le viene a la cabeza alguna anécdota en especial?
- Recuerdo que en mis primeros años como investigador iba por las tardes a la hemeroteca, y había un policía que se dedicaba a vigilar a todo el mundo para que nadie cortara hojas de los periódicos y revistas, para que no los dañara. En otra ocasión, buscaba una página determinada de un ejemplar de ABC de principios de siglo. Me volví loco, porque no la encontraba. Al final resultó que alguien la había cortado, y por eso no estaba. También recuerdo que hace cincuenta años, el horario de apertura era de nueve de la mañana a doce de la noche.
Campoamor afirma que “desde que entras en la Hemeroteca te sientes como uno más, porque el trato es maravilloso. Nunca tuve un roce con nadie. Aquí te ayudan en lo que necesitas, te informan… Lo curioso es que ahora hay muchas más mujeres trabajando en la hemeroteca que hombres. Porque hace cincuenta años era al revés. Hace mucho tiempo ya vaticiné yo que algún día habría una directora en la Biblioteca Nacional de España, y me miraban los hombres como pensando que desvariaba.
- Seguro que pasa más tiempo aquí que en su propia casa…
- Hombre, no tanto, pero sí que es verdad que cuando le digo a mi esposa cada mañana que me voy a la hemeroteca ya me mira hasta con resignación.