Si nos remitimos al examen del contenido y realizaciones de los nuevos estándares basados en la aplicación práctica del modelo conceptual FRBR, --RDA e ISBD consolidada, sin ir más lejos--, uno se ve atribulado por la vehemente sospecha de que en algún punto de este complejo y laborioso proceso hemos extraviado el camino. La pretensión de simplificar, racionalizar y sistematizar el proceso de “representación” del universo bibliográfico y documental en general nos ha arrastrado a un laberinto de extraordinaria complejidad en el que descubrimos, perplejos, que todo es más oscuro y problemático que antes: ¿Alguien puede dar una definición de “Obra” que sea clara, universal y polivalente para todo tipo de recursos? ¿Dónde acaba la “Obra” y empieza la “Expresión”? La aplicación metódica del cabalístico texto de las RDA, produce registros sospechosamente similares a los confeccionados conforme a las antiguas AACR2 ¿Esto es un logro, o un fracaso? La tentativa de solucionar las inconsistencias generadas por el uso de la DGM han conducido a la, --a mi juicio--, extraña y decepcionante solución del área 0 y sus expresiones algebraicas del tipo: “Texto(visual) : sin mediación” que sólo entendemos los iniciados (Doy fe). Fomulaciones que van, además, antepuestas al título (¿?), lo que distorsiona la secuencia natural y más lógica de la información descriptiva en la lectura de los registros ISBD (véase Bibliografía Española). Estos son sólo unos ejemplos representativos de este “pandemónium” en que estamos sumidos. El sueño de la Razón produce monstruos.
Si nos remitimos al examen del contenido y realizaciones de los nuevos estándares basados en la aplicación práctica del modelo conceptual FRBR, --RDA e ISBD consolidada, sin ir más lejos--, uno se ve atribulado por la vehemente sospecha de que en algún punto de este complejo y laborioso proceso hemos extraviado el camino. La pretensión de simplificar, racionalizar y sistematizar el proceso de “representación” del universo bibliográfico y documental en general nos ha arrastrado a un laberinto de extraordinaria complejidad en el que descubrimos, perplejos, que todo es más oscuro y problemático que antes: ¿Alguien puede dar una definición de “Obra” que sea clara, universal y polivalente para todo tipo de recursos? ¿Dónde acaba la “Obra” y empieza la “Expresión”? La aplicación metódica del cabalístico texto de las RDA, produce registros sospechosamente similares a los confeccionados conforme a las antiguas AACR2 ¿Esto es un logro, o un fracaso? La tentativa de solucionar las inconsistencias generadas por el uso de la DGM han conducido a la, --a mi juicio--, extraña y decepcionante solución del área 0 y sus expresiones algebraicas del tipo: “Texto(visual) : sin mediación” que sólo entendemos los iniciados (Doy fe). Fomulaciones que van, además, antepuestas al título (¿?), lo que distorsiona la secuencia natural y más lógica de la información descriptiva en la lectura de los registros ISBD (véase Bibliografía Española). Estos son sólo unos ejemplos representativos de este “pandemónium” en que estamos sumidos. El sueño de la Razón produce monstruos.