Fallece Rosa Regàs, Directora de la Biblioteca Nacional de España entre 2004 y 2007
Ganadora del Premio Nadal (1994) y del Premio Planeta (2001) entre otros, Regàs accedió a la Dirección de la Biblioteca Nacional de España en 2004. Su proyecto destacó por su afán de apertura de la institución a nuevos públicos. Afirmó que “los tesoros de la Biblioteca pertenecen al pueblo y que 300 años de acumulación de saber han de estar a disposición de todos los ciudadanos y ciudadanas”.
Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, trabajó en la editorial Seix Barral de 1964 a 1970, año en el que funda la editorial La Gaya Ciencia, y las revistas Arquitectura Vis y Cuadernos de la Gaya (1976). De 1983 a 1994 trabajó como traductora para las Naciones Unidas en ciudades como Ginebra, Nueva York, Washington, Nairobi y París. De 1994 a 1998 fue directora del Ateneo Americano de la Casa de América. Entre sus publicaciones podemos encontrar novelas, relatos, cuentos, artículos y libros de viajes.
Cuando en 2004 Regàs fue nombrada directora de la Biblioteca Nacional de España, su llegada a la institución supuso un revulsivo basado en tres grandes objetivos: abrir la biblioteca a la ciudadanía, modernizar sus servicios y mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores. Para ello, se iniciaron múltiples proyectos que contribuyeron a afianzar la imagen de la BNE ante la sociedad y a situarla a la altura de otras bibliotecas nacionales.
Entre los cambios más destacados que se produjeron bajo su dirección se encuentra el impulso de las actividades culturales, ejemplificadas en la creación del Museo del Libro y la realización de numerosas exposiciones, que alcanzaron gran repercusión. Cabe citar la exitosa muestra Biblioteca en guerra, la exhibición dedicada a El Quijote o la consagrada al escritor Francisco Ayala.
Otra de las ideas de Regàs fue la instauración de la Jornada de Puertas Abiertas, con el fin de dar a conocer el edificio de Recoletos. Además, se instaló un sistema de iluminación nocturna para embellecer la fachada de la biblioteca y atraer la atención. Por otra parte, se redujeron los trámites de acceso para armonizarlos con las políticas de servicio público vigentes en las bibliotecas nacionales de nuestro entorno y se instaló una rotulación para facilitar la movilidad de los usuarios dentro de las instalaciones. En este empeño de hacer más sencillas y agradables las visitas, se colocaron bancos en el jardín de la biblioteca y se inauguró una estatua dedicada a Antonio Machado.
En lo que respecta a la innovación tecnológica, la labor de Regàs fue incansable: se cambió el sistema de gestión bibliotecaria para adaptarlo a los nuevos tiempos y se pusieron en marcha la Biblioteca Digital Hispánica y la Hemeroteca Digital, dos de los proyectos más ambiciosos de los últimos tiempos y que tuvieron, y siguen teniendo, una gran acogida por parte de los usuarios. También se mejoró la página web de la institución, con un diseño moderno y la inclusión de versiones en todas las lenguas oficiales del Estado.
Los cambios conceptuales de la biblioteca llevaron aparejados avances en la organización y la retribución de los empleados. A través de una reestructuración integral, se crearon nuevas plazas en jefaturas de departamentos, servicios y secciones con el fin de racionalizar la estructura jerárquica de la institución.
Desde la BNE nos sentimos profundamente apenados y queremos mandar nuestro cariño a su familia y amigos.