Carolina Miguel Arroyo
Museo Nacional del Romanticismo
DE LA CONSTRUCCIÓN DEL MITO ROMÁNTICO A LA IMAGEN PROPAGANDÍSTICA DE ESPAÑA
Las obras de arte nos han permitido, desde siglos atrás, ver e imaginar lugares a los que solo podía llegar nuestra imaginación. Como ventanas abiertas, durante mucho tiempo se convirtieron en uno de los medios más efectivos para mostrar el mundo, o al menos, la imagen que los artistas tenían de él.
Arte y turismo siempre han mantenido una estrecha y compleja relación, conviviendo de diferentes formas a lo largo de la historia. Hay que entender esta relación en dos vías. En primer lugar el arte ha sido un reclamo turístico de primer orden. Es incontestable el poder de atracción que tienen ciertos edificios, restos arqueológicos, obras artísticas, etc. Pensemos en las catedrales, en las ruinas romanas o en célebres lienzos de autores como Velázquez, Goya o Picasso. Desde esta perspectiva, el uso de estas imágenes para incentivar la afluencia de visitantes dando a conocer las excelencias de un país está en la base de lo que hoy llamamos turismo cultural, un fenómeno que, sin embargo, se remonta a siglos atrás. Por otro lado, la industrialización del turismo se ha servido del arte y de sus artífices para crear una imagen más o menos idealizada de los distintos lugares, con el fin de atraer nuevos turistas. O dicho de otra manera, ha fomentado la creación artística con fines turísticos.