Los subencabezamientos de forma no se utilizan para representar el contenido temático de los documentos, sino que se refieren:

  • Bien a las características físicas del propio documento.

                 Ejemplos: Atlas
                                Obras ilustradas 
  • Bien en la forma en que se presenta la información en dicho documento.

Ejemplos: Bibliografías.
                 Diccionarios.
                 Tesis doctorales.

  • O a la categoría de usuarios a los que va dirigida la publicación.

Ejemplos: Libros escolares.
                  Manuales para aficionados.
                  Obras de divulgación.

Los subencabezamientos de forma se pueden emplear tanto para designar la forma del documento, como para los estudios sobre dichas formas o recopilaciones de dichas formas. En estas ocasiones, puede ser preciso utilizar varios subencabezamientos de forma para construir un encabezamiento de materia compuesto.

Ejemplos:
Arte y ciencia militar-España-Historia-Bibliografías-Tesis doctorales.
Baloncesto-Sellos de correos-Catálogos.
Imprenta-Manuales de estilo-Obras anteriores a 1800.
Madrid-Planos-Catálogos.
 

Su empleo no es obligatorio. Es más, en la mayoría de las ocasiones puede ser información redundante o inútil, sobre todo en aquellos casos en que la información sobre la forma física del documento se puede extraer de otras partes de la descripción bibliográfica como, por ejemplo en las bibliotecas automatizadas, el campo 007 o las posiciones 18-34 del 008 del Formato MARC para registros bibliográficos, las notas o cualquier otra área de la descripción bibliográfica.
 

En el caso de optar por utilizar términos de género/forma para la descripción de un determinado tipo de materiales, no se deberán emplear subencabezamientos de forma.

Normalmente será el último elemento de un encabezamiento de materia compuesto:

Ejemplos: Albañilería-Manuales para aficionados.
                  Educación-Bibliografías de bibliografías.