Tomás Bretón, mucho más que La verbena de la Paloma
Entrada gratuita y libre hasta completar aforo.
Visitas de grupos (con o sin guía propio), imprescindible la reserva de hora en la web.
Visitas con guía de la BNE: martes a las 11h y jueves a las 16h. Imprescindible inscripción previa.
Plazas reservadas para los Amigos de la BNE.
Sala Hipóstila
De lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 h.
Domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 h.
Último pase media hora antes del cierre.
El músico Tomás Bretón (1850-1923) es recordado por la composición de La verbena de la Paloma, la zarzuela que ha permanecido en la memoria colectiva desde su estreno. Todo el mundo tararea las melodías “¿Dónde vas con mantón de Manila?”, “Una morena y una rubia” o dice aquello de “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. No ha dejado de representarse desde 1894, convertida en una referencia del teatro musical español, con exitosas versiones cinematográficas como la dirigida por Benito Perojo (1935) o la protagonizada por Concha Velasco (1963).
La fortuna de La verbena de la Paloma ha eclipsado la destacable labor de Tomás Bretón en favor de la música en España. Fue una figura de gran prestigio, director del Conservatorio de Madrid, académico de Bellas Artes, activo miembro del Ateneo y del Círculo de Bellas Artes. Presente en todos los foros de su época, siempre defendió con pasión la necesidad de dignificar la música, una necesidad cultural que nos igualaría al resto de las naciones de Europa. Entre sus muchas actividades también se distinguió como director de orquesta al frente de la Sociedad de Conciertos de Madrid, con la que viajó a Granada creando el germen del actual festival de música.
Debe destacarse su esfuerzo en la creación de una ópera nacional. El estreno de Los amantes de Teruel en el Teatro Real de Madrid en 1889 abrió un camino por el que luego transitaron otros muchos músicos. Sus partituras integran las modernas tendencias del wagnerismo con la tradición operística italiana y el sabor popular de lo español. En estas óperas recurre a referentes literarios muy variados: el melodrama romántico en la mejor tradición verdiana, el drama rural en La Dolores (1895), la comedia del Siglo de Oro en Don Gil de las calzas verdes (1914) y la epopeya americana en Tabaré (1913).
Su creación musical recorre otros muchos campos de interés, relacionando la cultura española con las tendencias internacionales. Compuso un ciclo de canciones basado en las rimas de Bécquer, cuartetos para cuerda y una interesante aportación sinfónica como sus tres sinfonías o Escenas andaluzas. Tampoco descuidó su interés por la zarzuela, siendo requerido en numerosos teatros tanto de zarzuela grande como de género chico, con títulos como Covadonga o el sainete Al fin se casa la Nieves, con el que intentó repetir el éxito en el teatro Apolo junto a Ricardo de la Vega.
Cuando Tomás Bretón fallece en 1923 su entierro fue multitudinario y se realizaron homenajes y conciertos en toda España. En los últimos años, su memoria ha conseguido ir más allá de la fama de La verbena de la Paloma con ediciones, grabaciones e interpretaciones de su obra, que nos muestran a uno de los grandes músicos de nuestra historia. Un siglo más tarde, la Biblioteca Nacional, que guarda el legado de sus partituras, revaloriza su destacable aportación a nuestra cultura, poniendo en diálogo su creación musical con la historia, la escena o la literatura. Presente, pasado y futuro se unen en torno a uno de los principales compositores de la historia de la música en España.
En la muestra se exhibirán un centenar de obras de la propia colección de la BNE y de otras instituciones españolas.
Comisario
Víctor Sánchez Sánchez