En 1891 se alió con Francisco de Paula Alderete Vilches para fundar Fin de siglo, una revista semanal de poesía que sólo vio la luz durante unos meses. Durante la década de los noventa colaboró en diferentes revistas, publicó algunos libros de poemas y frecuentó los ambientes literarios del Madrid de la época. Fue colaborador asiduo de Madrid Cómico, El Nacional y La correspondencia de España, en este último publicó críticas teatrales bajo el seudónimo de Caramanchel. Con este alias firmó también numerosas crónicas como corresponsal en Madrid del diario barcelonés La Vanguardia. Destacan sus enérgicas campañas en pro de la dignidad del teatro y su enfrentamiento a cuantos trataban de envilecerlo. Colaboró también en La Ilustración Católica, Blanco y negro, El Correo ilustrado, Vida Galante, El Liberal y otros periódicos literarios de importancia.
Su obra poética se caracteriza por un marcado lirismo, se la considera precursora del modernismo y hay quien ha visto similitudes con la lírica de Juan Ramón Jiménez. Publicó Versos (Barcelona, 1887), Hechizos (Madrid, 1889). Flechazos, Estrofas, Madrigales y Elegías (1907), entre otras obras. Junto a Manuel Reina, Rodolfo Gil y Fernández Shaw formó uno de los grupos más beligerantes contra lo que consideraban la vacuidad poética de los últimos románticos.
Tradujo con gran fidelidad a dramaturgos europeos, Bernstein (La ráfaga), Copée (La huelga de los herreros), Sudermann (El rincón de la dicha), Sem Benelli (La cena de las burlas).
Se identificó claramente con los valores de la Generación del 98 y tuvo relación epistolar con Pérez Galdós, Unamuno o Benavente. Muestra gráfica de la amistad que le unió a los integrantes de esta corriente intelectual es su aparición en una foto de grupo realizada en el Café Pombo en la que figuran, entre otros, Ramiro de Maeztu, Pío Baroja y Azorín.
Catarineu murió en Madrid en 1915 a los cuarenta y siete años a causa de una tuberculosis. Toda la prensa literaria se hizo eco de su fallecimiento y en muestra del aprecio que se le tenía la Asociación de la Prensa de Madrid dona a su viuda y a sus seis hijos un chalet perteneciente a la cooperativa de periodistas de la “Colonia de Prensa” en Carabanchel Alto.
(Servicio de Información Bibliográfica)